QUE EMPIECE PRONTO EL MUNDIAL

Reconozco que a estas alturas me está empezando a pesar la Feria de San Isidro, llegas a casa cansado después de estar todo el día trabajando, porque habrá crisis en España, pero yo tengo más trabajo que el cámara del plus encargado de sacar a las tías buenas, te sientas en la butaca, le bajas el volumen al televisor, se lo vuelves a bajar un poco más porque todavía se escuchan de fondo los comentarios de los tres "maestros" y te dispones a presenciar un espectáculo que acaba siendo pesado, tedioso y similar como si alguien se empeñase en colocar papel de calco entre tarde y tarde, todos los días lo mismo, cuando no son los toros, son los toreros y cuando no ambos a la vez. Y después la Feria del Aniversario que viene a ser como la prórroga en un partido de fútbol cuando nadie consigue ganar el partido.
A medida que transcurre la corrida el sofá te va engullendo y contemplas impasible la pantalla sin prestar apenas atención a si le han picado en la paletilla, si está fueracacho o si el toro es de la ganadería titular o un remiendo y cuando ya estás a punto de pegar un cabezazo similar a los de Santillana, te saca del aturdimiento Juán José Padilla, corriendo hacia los medios como si hubiera marcado el gol de la final, celebrando una estocada caída después de media docena de naturales, tres pares sin emoción y tres largas cambiadas en el tercio, suerte que el señor presidente tenía hoy su ojímetro afinado y no consideró mayoritaria la petición.
Luis Miguel encabo volvió a pasar por Las Ventas sin pena ni gloria y ya van unas cuantas, cierto que no tuvo el mejor lote, pero sus años de experiencia lidiadora le deberían de servir por lo menos para estar por encima de sus oponentes, algún día le sucederá como a Guti, que se acabarán cansando de darle oportunidades aunque la de ayer no se cosidere como tal.
Completó la terna Iván García que llevaba sin torear desde hacía un año y medio, según su apoderado José Antonio Campuzano, no se si por falta de contratos o por sus continuas lesiones, el torero madrileño ha sufrido más en su carrera quel mismísimo Prosineski, aquél rubio yugoeslavo que jugó en el Madrid y en el Barça y que no triunfó en ninguno de los dos. El rubio torero estuvo inédito y descolocado con el primero y en el segundo rescató un par de tandas al natural en los albores de la faena, poco bagaje si está tan necesitado de contratos como parece.
Por último los toros de Samuel Flores que se asemejaban a esas selecciones de fútbol apenas conocidas que se clasifican de rebote para la fase final de un mundial y salen al campo sus jugadores gallardos, haciendo gala de una presencia impecable mientras escuchan el himno pero durante el partido muestran una incapacidad absoluta y acaban goleados por el rival sin ni siquiera lanzar una patada al aire, pues igual los Samueles, bien presentados, nobles, pero vacios en su contenido y con menos casta que Ronaldinho a la hora de entrenar.
Por lo tanto visto lo visto y lo que queda por ver, por favor, que empiece pronto el mundial.