Ayer a la mañana, harto del sonido de mi vieja guitarra, me encaminé a la tienda de instrumentos con la intención de hacerme con una nueva más lustrosa y que afinase mejor las torpes notas que salen de mis manos y mis dedos. Al llegar al santuario musical, me atendió un hombre mayor, con edad suficiente como para llevar varios años jubilado, pero con una templanza y una sabiduría que sólo las canas, al que le quede pelo, y el paso del tiempo son capaces de otorgar. Tras definirle mis preferencias musicales y el sonido flamenco que yo quiero que tenga mi sonanta, Don Aurelio, que así se llamaba el hombre me hizo la pregunta del millón. ¿Y cuánto tienes pensado gastarte? Al escuchar el montante de mi presupuesto el hombre se volvió hacia la estantería de donde colgaban las guitarras, descolgó tres y me las presentó sobre el mostrador, aquéllas guitarras no se diferenciaban demasiado de la que había dejado casa y tras explicarme las características de cada una de ellas le pregunté por el precio de una que colgaba algo más separada de las otras con un color caoba, brillante, esbelta y lustrosa, como la que yo quería. Don Aurelio esbozó una pequeña sonrisa, la descolgó y la tocó para mí, saliendo de ella los soniquetes más hondos y flamencosque haya oído en mi vida, cuando acabó de tocar le volví a preguntar por su cuantía y el hombre me dijo que superaba tres veces mi presupuesto y que se la tenía guardada a un guitarrista francés que ya le había pagado la mitad de su importe ya que también la querían un señor de Pamplona y otro de Bilbao. De las primeras en descolgar, escogí una con la tapa maciza de abeto, la más barata de las tres. Le pagué su precio a Don Aurelio y salí de la tienda con la certeza de que la guitarra que yo quería se iría "pa" las Galias y yo "pa" mi casa con una guitarra que si suena bien, será como la flauta, por casualidad.
Tras acabar como un auténtico desastre ganadero la Feria de San Isidro 2010, salvo las excepciones del Puerto de San Lorenzo, Cuadri y Moreno Silva, sólo me cabe una pregunta. ¿No hay toros con suficiente trapío en el campo como para presentar 30 corridas con presencia en Madrid? o es que los señores empresarios (Taurodelta) no se quieren gastar el dinero en comprarlas.
Tras acabar como un auténtico desastre ganadero la Feria de San Isidro 2010, salvo las excepciones del Puerto de San Lorenzo, Cuadri y Moreno Silva, sólo me cabe una pregunta. ¿No hay toros con suficiente trapío en el campo como para presentar 30 corridas con presencia en Madrid? o es que los señores empresarios (Taurodelta) no se quieren gastar el dinero en comprarlas.
Ésta es la guitarra que se llevó el francés para Vic Fezensac, Bayona, Beziers...
Es que a lo mejor los guitarristas también son unos chapuceros.
ResponderEliminarY no lo digo por tí, que eres un virtuoso de tal guisa que me emocionas cada vez que te arrancas...
Es que con las lluvias las guitarras se afinan peor...
ResponderEliminarSaludos