domingo, 31 de enero de 2010

ESA MIRADA

Esa mirada no está sola. Enfrente, al otro lado, está la mirada del toro. La intensidad de esa mirada tiene su doble, su espejo bifocal en la mirada del toro que no se ve. Pero que está fija, seguro, en los ojos del torero. Curro Vázquez no observa, adivina; no sopesa, desvela. Descubre las intenciones del toro. Cuando los cuatro ojos se pierdan de vista y cada uno vaya por su lado, todo estará consumado. Sabrá el torero las intenciones del toro; sentirá el toro que está sentenciado. Sueña el toro la sombra y un fulgor vertical le sale al paso. Este surtidor que desvela al toro es el torero; no es ciprés, si acaso sueño. De él está a punto de brotar la luz, la luz dorada del otoño., la callada luz del silencio indescifrable. Al otro lado de la mirada, un mundo: el mundo del toro. Descifrado y a punto de que Curro Vázquez se lo apropie: su tranco, la curva de su embestida, su cadencia y su reloj de arena. Un momento supremo. Porque en ese momento la naturaleza del toro, su sensibilidad ensimismada empieza a dejar su ensimismamiento y a traspasarse al torero. La mirada. El enigma descifrado. El capote a punto de cobrar vida, de ser empapado por la corriente vital e impulsiva del toro. Ésta le invade al torero por el pecho y le inunda los brazos; los brazos caídos, leves, doblados suavemente. Para quitarles la rigidez, para ser el golpe de ala, la ondulación de ola, la espuma de agua que dibuja el capote. El capote está desmayado, acaricia la arena y en ella descansará antes de emprender vuelo. Dentro de poco descansará en el aire, modelará el vacío. Las manos de Curro Vázquez lo sostienen con mimo, lo prolongan. No lo agarran, apenas lo rozan. Imperceptiblemente; sólo lo necesario para que ese ala palpitante no se eche a volar antes de tiempo.

Extrracto del libro "Curro Vázquez, Sombra Iluminada" de Javier Villán.

1 comentario:

  1. Una pequeña confesión: Estaba preparando una parrafada sobre la mirada de los toreros y sobre el gesto. Digo estaba, porque después de esto, no verá la luz (las comparaciones resultan odiosas).
    Preciosa la foto.

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