sábado, 29 de septiembre de 2012

ZAPATO DE ORO DE ARNEDO: SEGUNDA DE FERIA

LA MALDICIÒN DEL ZAPATO DE ORO

Ni los navarros se llevaron los Santos anteayer, ni el ganador del Zapato de Oro 2011 revalidò su galardòn un ańo después.
Para ello contribuyeron en parte los novillos de Valdefresno, alguno con hechuras de toro como el quinto, que en general mansearon en exceso y presentaron ciertas dificultades que la terna se viò incapaz de superar.  En especial Fernando Adrián vigente Zapato de Oro que se encontrò con un primer novillo noble y con clase aunque con poca fuerza con el que el Madrileño estuvo despegado en varias series por el derecho, el toro debido a su escaso fuelle, requería mucho pulso en la muleta que Adrián no pudo o no supo dárselo, en el intento de un pase cambiado, le sobrevino una fea voltereta de la que se levantò más enrabietado si cabe, para ligar la serie de más emociòn en el tendido, pero el novillo, ya con menos recorrido, acabò por rajarse, matò de infame bajónazo al igual que a su segundo, manso de salida, al que no consiguiò sacarlo de su querencia y lo trasteò pegado a tablas aprovechando los viajes, los cambiados por la espalda y el arrimòn final que tanto hacen vibrar al respetable en las mayoría de las plazas de Iberia, no surgieron efecto en el Arnedo Arena, que veía còmo una vez más un Zapato de Oro era incapaz de refrendar su pasado glorioso.

Gonzalo Caballero llegaba a la Ciudad del Calzado con la aureola de ser novillero revelaciòn en Sevilla y Madrid, pero su paso por Arnedo dejò muchas dudas, y la visońez que tapò con el valor en las primeras ferias de la temporada, quedò más patente ante un primer Valdefresno al que no fué capaz de ligarle dos seguidos y un segundo con hechuras de toro, noblote y gazapòn que pedía gobierno y mano baja, cosas que no encontrò en la muleta de Caballero.

Curro de La Casa entró en Arnedo por vía de la sustitución y no dejò en mal lugar a su valedor o sus valedores, su primero lo volteò dramáticamente al intentar un quite, capote a la espalda, del que saliò con una cornada en la pantorrilla y ligeramente conmocionado, se recuperó el novillero mientras el novillo mansote se ponía cada vez más complicado en banderillas, con los tendidos todavía compungidos por el revolcón, se plantó Curro en los medios con su diminuto engańo para sujetar las embestidas del Valdefresno, con el argumento de ganarle el pasito al manso y presentarle la muleta por delante y planchada, consiguió que los tendidos se emocionasen a base de enganchar las embestidas huidizas hasta que terminó por rajarse definitivamente, quiso pegarse el arrimón final, pero volvió a ser prendido feamente, por suerte sin consecuencias, no estuvo acertado con los aceros, aun así el público pidió la oreja que la presidencia no vió oportuna conceder. En su segundo quizá acusó la paliza, cornada incluída, de su primero y no pudo sacar partido de un complicado novillo, brutote en sus embestidas al que no consiguió cogerle el aire.

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