lunes, 30 de enero de 2012

DERECHOS Y OBLIGACIONES DEL G10

 

Hoy hace 64 años que murió asesinado en Nueva Delhi el líder espiritual Mohamas Ghandhi  a manos de un extremista hindú. Ghandi luchó en su vida como nadie por los derechos, no los de imagen, pero sí por los derechos humanos de los más desfavorecidos.

Gandhi se convirtió en símbolo internacional de una India libre. Llevaba la vida espiritual y ascética de un predicador, con ayuno y meditación. Rehusó cualquier posesión terrenal, vestía como las clases más bajas: un mantón y un taparrabos y comía vegetales, zumos de fruta y leche de cabra. Los indios le veneraban como a un santo y le comenzaron a llamar Mahatma ('alma grande', en sánscrito), título reservado para los más grandes sabios.
La imagen que hoy nos queda del Mahatma Ghandi es la de un hombrecillo de cuerpo delgado y mirada sonriente que logro la independencia de su pueblo sólo con la paz, el amor y la verdad.

Qué imagen nos queda a día de hoy de los componentes del G10, el grupo de toreros más selecto de las últimas décadas de la tauromaquia.  Ellos luchan por sus derechos, de imagen, pero parece que se olvidan que a parte de derechos también tienen obligaciones. Tienen la obligación de estar unidos al igual que debieran estar unidos empresarios, ganaderos, apoderados, medios de comunicación y afición en general. Como bien apuntan en "porlasrutasdeltoro.com" estando todos unidos nos podríamos comer al pez grande que en estos duros momentos representan los ataques de los anti-taurinos, mejor organizados y con una estrategia bien estructurada, estando unidos podrían hacr frente a la crisis y estando unidos hubiesen podido luchar por Barcelona impidiendo  su cierre y hubiesen podido parar la ley gallega que impide el acceso a los ruedos a menores.

 Después de lo sucedido en las Fallas de Valencia en las que se han quedado fuera de los carteles los 5 miembros del G10 que no están apoderados por empresarios, me surge una pregunta: ¿Qué fuerza por sí solos tienen los componentes del G10? Al parecer ninguna, da la sensación de que el único mérito de Manzanares, Talavante, El Cid, Ponce y Fandi para estar en dicha feria es el estar apoderados por  Matilla, Choperita, Santi Ellauri o ser Valenciano como Ponce. Están atados de pies y manos, unos y otros, por sus obligaciones contractuales. El Juli, Morante, Cayetano, Perera o César Jiménez se caen de la lista por tener apoderados independientes que no tienen socios empresarios, pero, ¿Es que no han hecho méritos suficientes para estar en Valencia?
Creo que después de todo el lío formado alrededor de los carteles de Fallas el G10 ha demostrado una falta de liderazgo brutal. Puede que todos estos movimientos en pro de los derechos de imagen vayan encaminados en beneficio de todos sus compañeros de profesión pero, si en el primer escollo se fragmenta el grupo, al segundo se queda el grupito de elegidos y finalmente de entre los elegidos nadie quiere tirar del carro es muy posible que la escapada no llegue a meta. Al G10 le hace falta un Mahatma Ghandi capaz de sacrificarse, de ayunar de contratos hasta la muerte si hace falta, de agitar a las masas con su presencia y su verdad y de ser dueño de sus derechos y no esclavo de sus obligaciones. Ese alma grande se llama José Tomás y lleva años predicando en el desierto. A alguien se le ha ocurrido pedirle consejo.


 "La verdad jamás puede hacer daño a una causa que es justa y cierta"

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