
Ayer el corazón me pedía piedad para Esaú y se la concedí, hoy de nuevo escucho a mi corazón y en él sólo se escucha silencio, ése silencio que tanto echo de menos en la Maestranza, que ha cambiado tan singular muestra de desprecio por los pitos y las palmas de tango, símbolos puramente castizos.
Así que yo me sumo a los silencios tan añorados y resumo en silencio la décima de feria con novillos-toros de Fuente Ymbro para Matías Tejela, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante.
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