Morante esconde en su mirada esencias misteriosas de las rutas de la seda. Morante desprende a cada soplo de su capote aromas de incienso, sándalo y canela. Morante es un Faquir de Benarés capaz de hacer parar el tiempo y los corazones. Morante es un encantador de serpientes al son de su trapo rojo. Morante inica en cada paseillo un viaje tántrico en sentido inverso por los senderos de la conciencia pura y divina. Morante suena a melodías repicantes de sitar cuando mece su capote por chicuelinas y se enrosca el toro con una media tan eterna como la armonía cadenciosa del raga. Morante es magia de Oriente reencarnada en La Puebla del Río. Morante torea azul, verde o azabache, sangre de toro, catafalco o plata, Morante saluda con la melancolía de los niños de Calcuta y se viste como los derviches del Buthan. Morante es sacerdote Brahaman frente a Victorinos y es un paria intocable ante Zalduendos. Morante de la India, torero de culto por los siglos.
Maravilloso Luis, maravilloso
ResponderEliminarMuy bien, pequeño buda. Creo que incluso podrías convencer a mi santa de que Morante no mata a los toros, los reencarna.
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