domingo, 15 de agosto de 2010

URDIALES, VICTORINOS Y DAX, LA GRANDEZA DEL TOREO


El primer Victorino de Diego Urdiales salió de chiqueros con brío, en el tipo ibarreño de la ganadería, rematando en el primer burladero y queriendo comerse los capotes que asomaban por el segundo, Diego lo recibió en el tercio y el toro fue pudiéndole poco a poco, comiéndole terreno hasta llevarlo a tablas, fué allí donde Urdiales con un golpe de mando de su capote, cambió el rumbo del encastado Victorino para colocarse contraquerencia e ir ganándole terreno al toro con preciosos capotazos de experto lidiador al hasta sacarlo a los medios para rematarlo con una media y demostrarle al Albaserrada y al expectante público francés quién mandaba sobre el ruedo. La afición francesa respetuosa y entendida, rompió en aplausos, loca de júbilo tras el gesto del arnedano que comenzaba asi a conquistar el corazón de las Galias. Momentos después al colocar el toro en suerte para la primera vara, éste hizo hilo tras el capote y cuando parecía que entraba al caballo al relance, cosa que en francia no gusta y es muy protestada, Urdiales acudió presto a quitar el toro y con un capotazo y una media lo volvió a colocar en suerte, esta vez a su distancia y con el toro quieto, como tiene que ser, en ese momento, cuando el toro aún no había recibido su primera vara, el torero riojano se ganaba su segunda ovación de la tarde, por realizar lo que mejor sabe, que es hacer las cosas bien.
Pero lo mejor de su actuación vendría con sus faenas de muleta. Sus dos toros no llegaron a ser claros ni regalaron emocionantes embestidas como los que sorteó su compañero de cartel Alberto Aguilar, que tuvo en suerte a un excelente toro al que se le dió la vuelta al ruedo por su casta y buen juego, pero a Diego no le hace falta, le basta con que tengan movilidad y algo de casta porque del resto se encarga él. A su primero le fue alargando la embestida y midiendo la distancia sin prisa, hasta que consiguió ligar varias tandas por la izquierda que calaron en los tendidos, por el pitón derecho parecía que el Victorino se quedaba más corto pero a base de dejarle la muleta en la cara fue capaz de ligarle un par de series de mérito y valor, tras los adornos mató de una media de las llamadas Lagartijeras en honor al Califa cordobés que le sirvió para cortar la primera oreja de la tarde.
Su segundo Victorino estaba menos en tipo que el resto del encierro, era más alto y tenía más volumen que sus hermanos. No se empleó demasiado en el caballo y como el resto de la corrida se puso complicado en banderillas, pero en esta ocasión las dificultades fueron resueltas con profesionalidad por el buen capote lidiador de el Victor que con apenas cuatro capotazos puso el toro en suerte par sus compañeros. Urdiales comenzó la faena con temple y torería, sacando al astado con ayudados por bajo hasta los medios, no le obligó demasiado por el derecho, llevándolo en todo momento a media altura y sin obligarle demasiado. Fue por el izquierdo donde Diego consiguió los mejores muletazos de la tarde en varias tandas en las que brotaron los naturales largos y profundos, con una hondura y pureza que solo son capaces de conseguir unos pocos elegidos, y entre ellos se encuentra Diego Urdiales, terminó su faena prácticamente como la empezó, llevando al toro a tablas con ayudados por bajo para recetarle un estocada fulminante hasta la bola posterior a un pinchazo en todo lo alto que pudo privarle de un trofeo más. Aún asi Urdiales paseó su segunda oreja y abandono en hombros el abarrotado ruedo francés aclamado por un envidiable público y una afición de la que tenemos mucho que aprender si es que todavía estamos a tiempo.



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