Sábado 14 de agosto de 2010, llego a la localidad francesa de Dax donde por la tarde Diego Urdiales mata una corrida de Victorino Martín. Intentamos aparcar cerca de la plaza de toros y el colapso de coches es total, motivo: acaba de terminar una novillada con picadores en la que con tres cuartos de entrada actúan Juan del Álamo y Tomasito que salieron a homros. Tras aparcar el coche nos disponemos a buscar un sitio céntrico para comer y tras un breve paseo por los alrededores de la plaza nos quedamos perplejos al comprobar que todo en la ciudad está relacionado con el toro, los puestos de camisetas, los museos, la oficina de turismo, los restaurantes incluso en uno de los parques entre los que se encuentra la plaza de toros, se despliega una pantalla jigante en la que se proyectan vídeos sobre las ganaderías y los toreros que actúan en la feria. En otro paseo por el perímetro del coso, nos encontramos con un recinto vallado con gradas supletorias y burladeros en el que los alumnos de las escuelas taurinas se inician con pequeñas becerras en festejos matinales.
Una vez dentro de la plaza, todo son detalles de extremada pulcritud, murales con fotos de toros, de toreros, de toros en el campo.... todo perfectamente organizado, para que los aficionados puedan ver a los toreros en el patio de caballos sin invadir su intimidad pero a la vez al alcance de la mano.
Una vez en el tendido uno se queda fascinado por el aspecto abarrotado de los tendidos, de su uniformidad de colores y del respeto hacia todos los que se visten de torero. El respeto hacia el toro, hacia su bravura y su afan de premiar con fuertes ovaciones todo lo que se ejecute bien dentro del ruedo. El resultado, todos contentos, afición, empresa, ganaderos, toreros, apoderados... todo el mundo sale contento de la plaza, porque saben que las cosas se están haciendo correctamente, Diego Urdiales tras cortar dos orejas tiene la seguridad de que le volverán a contratar en esta plaza, al igual que Alberto Aguilar que también las pudo cortar. Victorino con un toro de vuelta al ruedo, mantiene el crédito que nunca le ha faltado en Francia y que en España muchos le quieren quitar, el público felíz porque ha disfrutado de un espectáculo íntegro, con emoción y entretenimiento y con ganas de cenar rápido para volver a llenar la plaza ya que a las diez de la noche se celebra una corrida de rejones nocturna.
Lunes 16 de agosto de 2010, plaza de toros de Alfaro, La Rioja, acudo a presenciar una corrida que en principio estaba anunciada de Baltasar Iban y que por presuntas presiones de uno de los actuantes que no diré su nombre pero si que realizó el paseillo desmonterado, se cambió por otra de Martín Lorca totalmente inválida y descastada , menos curiosamente los dos del desmoterado.
Según parece y por motivos desconocidos el señor empresario del que si se sabe el nombre y es Manolo Martín cedió a las presiones o deseos del desmonterado cambiando así la ganadería titular que al parecer tenía algo de masa ósea que le sobresalía demasiado de las sienes.
¿Cómo es posible que ocurran estas cosas en nuestro país y que en Francia que ni siquiera tienen un reglamento taurino las cosas sean tan distintas? ¿Están seguros señores toreros del G7 que los toros se tienen que pasar al ministerios de cultura? A mi se me ocurre otra propuesta, si usteden quieren el ministerio de cultura, adelante, pasense al ministerio de cultura, pero ustedes solitos, los toreros, dejen a la fiesta como poco donde está o mejor pasémosla al misnisterio de defensa, porque es los que necesitamos los aficionados contra esta cuadrilla de sinvergüenzas que campan a sus anchas por el mundo de los toros haciendo y deshaciendo a su voluntad, cargándose encastes legendarios, devaluando la presencia del toro, su casta, su bravura, privándonos de la esencia de la fiesta que es la emoción y la pureza y haciendo añicos las ilusiones de los aficionados con tanto abuso.
Tenemos mucho que aprender de nuestros vecinos franceses, pero el problema es que aqui nadie va a dar el primer paso para afrontar el problema desde su raiz que por supuesto no es el ministerio por el que se rige la fiesta. Por eso la fiesta en España es parecido que en Francia, pero no es lo mismo.
Me has puesto los dientes largos con esta entrada. ¡Qué envidia!
ResponderEliminarSaludos
Probablemente, no digo yo que no, los que hemos visto el ambiente taurino en Francia exageremos y no sea todo tan idílico, pero quizás nos iría mejor si se nos contagiase una parte de esa ilusión. Seguro que lo de aquí tampoco es tan malo, como afirman muchos por ahí, pero entre una y otra ficción, casi prefiero la francesa. Y no quiero ser rotundo en las afirmaciones, porque no me apetece que me sigan mandando primero a tomar por donde no me apetece y segundo a que me exilie al país vecino; como si la condición de quedarme en mi casa fuera estar con la boca callada. Aunque ya les gustaría a muchos.
ResponderEliminarUn saludo