martes, 13 de julio de 2010
A MI MANERA
Debo confesar que no canté el gol de España, aunque haya sido el más importante en la historia del fútbol español. No lo canté ni lo celebré airadamente, como tampoco celebré el de Torres que nos dió la Eurocopa ni los doce a Malta, ni el testarazo de Maceda contra Alemania en la Eurocopa de Francia, ni los cuatro del Buitre a Dinamarca en México 86. No los canté ni los celebré porque no me salió de dentro, pero juro que me alegro y siento una enorme satisfacción de ver a la selección de mi país ganar un Mundial de la forma que lo ha hecho, jugando al fútbol, porque al fútbol se juega con el balón y para mí es el deporte má sencillo en su ejecución; consiste en pasarle la bola a tu compañero hasta conseguir meterla en la portería del contrario. España es el campeón de ese juego, el de pasarse la pelota sin perderla, controlando su posesión hasta desquiciar a su rival, agotando sus resevas físicas, haciéndole correr tras un esférico que pasa de un jugador a otro, hasta que los adversarios acaban por rendirse hartos de perseguir sombras por el campo.
Desconozco lo que durará esta manera de jugar que se inició en la etapa de Luis Aragonés y que Vicente Del Bosque ha sabido dar continuidad con algún que otro apuro que hacen que este título tenga más valor si cabe, pero tengo la intuición de que este estilo debe de ser la seña de identidad de la selección española por siempre, pero no sólo éso, España debe tomar como ejemplo la humildad de sus jugadores. La grandeza de Andrés Iniesta un niño convertido en hombre que sacrificó su juventud y a su familia con tan sólo doce años para convertirse en futbolista y al que sólo le ha faltado pedir perdón al mundo por marcar un gol con el que habíamos soñado millones de españoles y que seguro que cambiaba ahora mismo por tener a su lado a su amigo Dani Jarque al que le falló el corazón el verano pasado y para el que Andrés tenía guardada su dedicatoria tras marcar el gol que nos hizo campeones y que yo no fuí capaz de cantar pero con el que lloro y me emociono en la soledad de mi inmensa alegría.
GRACIAS ESPAÑA, GRACIAS INIESTA...
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Pues el día de Alemania bien que saltabas y te reías pájaro. O fue por lo de mi camisa?
ResponderEliminarPor supuesto que fue por lo de tu camisa, lástima que haya dado mi palabra de no sacar a la luz la instantánea, con lo blanquito que estabas que parecías el inmaculado Iniesta.
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