Después de cinco meses, miles de kilómetros recorridos por toda España, un montón de dinero gastado y un regimiento de cabreos monumentales día tras día por fin a Diego Urdiales le vuelve a medio embestir un toro en una plaza. Sucedió el sábado en Tudela y el domingo en Vitoria, dos ferias menores en las que el arnedano ha conseguido meter la cabeza y en las que sin que le llegase a salir el toro que necesita para desarrollar su tauromaquia, por lo menos le han servido para cortar dos orejas en la rivera navarra y otra y vuelta al ruedo en la capital Alavesa, más por su voluntad, colocación y técnica que por la calidad de las embestidas de sus oponentes, y a sus seguidores y amigos también nos ha servido para levantarnos un poco el ánimo y dejar o no, de buscar posibles gafes entre nosotros.
En Tudela una corrida de Victorino Martín de la que destacó el primero lidiado por Ferrera. El primero de Urdiales no regalaba las embestidas, pero éste supo correrle la mano al natural obteniendo muletazos profundos, con el segundo no terminó de acoplarse por el pitón derecho, por el izquierdo no tenía ni uno.
En la coqueta plaza multiusos de Vitoria en la tradicional corrida de los blusas comenzó cortando una oreja de su primero en una faena en la que destacó el temple por el pitón derecho, lo intentó al natural pero el toro tenía mucho peligro y a punto estuvo de sufrir un percance al perder pié tras un gallafón del de Bañuelos, por suerte el pitón no caló la chaquetilla. En su segundo hizo gala el riojano de su valor cruzándose en todo momento al pitón contrario para robarle los muletazos de uno en uno. Hubo petición pero el palco contó los pañuelos y no concedió el apéndice, quizás le faltó a la faena algo de ligazón para calar más en los tendidos.
Esperemos que Diego haya terminado de una vez con la sequía de trofeos y que los toros le empicen a regalar embestidas o que por lo menos le den las mínimas opciones como para sentirse torero delante de ellos y que no tengan que pasar otros cinco meses para que le volvamos a ver pasear por el anillo con las orejas de un toro en la mano.
Diego Urdiales paseando una oreja el pasado 21 de marzo en la inauguración del Arnedo Arena. Foto sacada por I.J. Del Pino, El Monosabio.
Cuánto me alegro. Es un torero -no se porqué- muy medido por el taurinismo. En los triunfos le hacen poco caso, y en los días grises todos se apuntan a fusilarlo.
ResponderEliminarDe todas maneras -en mi opinión- creo que conforme están las cosas Diego hace mal en encartelarse con determinadas ganaderías comerciales. Sé que es injusto, pero es lo que hay. Es un torero que no sabe mentir, que cuando torea lo hace de verdad, y para ello necesita Toro. No lo veo yo -afortunadamente- haciendo ratonerías y faenas llenas de artilugios que necesitan esos toros tan endebles que todos conocemos.
En Bilbao va a ser, y si no, al tiempo.
Saludos
Ójala vuelva a ser en Bilbao como en años anteriores.
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