Me da mucha pena el estado por el que atraviesa el mundo del toro en las últimas fechas. Me produce lástima contemplar como después de prácticamente un año recogiendo firmas para la ILP taurina, no se haya logrado llegar al cupo necesario. Me aterra el hecho de que en Galicia se prohiba la entrada de menores a las corridas de toros mientras los toreros mercadean con sus merecidísimos derechos de imagen y los empresarios deambulan desconcertados por las recepciones de los hoteles intentando cerrar contratos para las primeras ferias del calendario. Los ganaderos salvo excepciones ceden sus explotaciones a veedores y tratantes de ganado en general, los apoderados a verlas venir pero con su tanto por ciento bajo el brazo y el aficionado echando cuentas de a cuanto le va a salir esta nueva temporada entre abonos, desplazamientos, dietas, kilometraje y plataformas digitales.
Dice Pablo Chopera en una entrevista realizada por Alfredo Casas para el grupo Vocento, que "o todos ajustamos costes o el futuro de la fiesta peligra". Puedo estar en parte de acuerdo con el hijo de Don Manolo, pero creo que en el paquete global de la fiesta hay unos costes exactos, ni más ni menos. Yo como aficionado soy consciente de mi potencial y tengo muy claro hasta donde puedo llegar con mi presupuesto y me figuro que los empresarios también sabrán cuales son sus costes al igual que toreros apoderados, ganaderos y por supuesto las televisiones.
¿Quién se ajustará primero? Aunque en la misma entrevista, el mayor de los Chopera cargue tintas contra los de luces acusándoles de "intentar encarecer el mercado taurino", yo me aventuro a decir que por la mente de los toreros, incluidos los de "G no se cuantos" no pasa la idea de intentar sacar tajada del asunto y sí el lograr un reparto equitativo de unos derechos que les pertenecen a ellos, no a los del G, sino a todos y cada uno de los que se visten de toreros. Los ganaderos en este asunto parece ser que no tienen nada que decir de momento, "virgencita, virgencita....". Así que al parecer los que más problemas de ajustes tienen en este momento son los señores empresarios que tienen en vigor contratos con la plataforma televisiva.
Al final todo se arreglará como casi siempre sucede en este país, al final. Después de meses viéndole las orejas al lobo, después de meses viendo como en Francia no se andan con tapujos y se rebajan los sueldos a los que más ganan, sin que a nadie se le rasguen las vestiduras, pero aquí no, Spain is diferent, aquí hay que dejarlo todo para el último día después de andar tirando cada cual para su lado hasta que se desmorona por completo el pastel. La verdad que es para asustarse.
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