sábado, 8 de octubre de 2011

NO VALE NADA LA VIDA: ÁNIMO PADILLA



Dice un corrido mexcicano: "No vale nada la vida, la vida no vale nada. Se empieza siempre llorando y así llorando se acaba".
A veces no nos damos cuenta de lo que verdaderamente vale la vida hasta que no la vemos puesta en una balanza, como sucedió ayer con Juan José Padilla, un hombre, un ser racional, una persona humana, cabal y dispuesta. Dispuesta a jugarse su vida, la vida de un hijo, de un esposo, de un padre, que tras la brutal cornada lo primero que se le viene a la mente son sus hijos. Y todo ello sin importarle que en el coso zaragozano de La Misericordia no hubiese ni tres mil personas para ver a tres toreros con mayúsculas, tres profesionales que dignifican su profesión arriesgando su vida, porque ellos y sólo ellos parecen ser conscientes del peligro que eso supone, ellos conviven con sus miedos, con sus angustias y son capaces de convivir con ellos e incluso superarlos para poder enfundarse sus vestidos de torear, hacer el paseíllo, deshacerse de sus oponentes y en alguno de los casos hasta emocionar al respetable.
Fuerza Padilla, el toro te lo ha dado casi todo en esta vida, sería injusto que tu carrera acabase en este punto. Estoy seguro que serás capaz de reponerte, seguro que ese pundonor que demostraste para no esconderte en ese maldito toro y banderillearlo cuando cualquier otro se hubiese quedado tras las tablas y hubiese mandado a la cuadrilla, te sirva para sobreponerte y lo de Zaragoza no sea más que otra muesca en tu cuerpo, labrado a cornadas superadas por la hombría de una clase de hombres para los que la vida es el toreo y el toreo el bien más preciado del mundo.

ÁNIMO PADILLA.

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