La ganadería de Carriquiri abría la feria del Zapato de Oro 2013 en Arnedo, tras quedar triunfadora en el apartado ganadero del pasado año. Los novillos que cría la familia Briones en Vega de Hornillo (Badajoz) lucieron lustrosos al salir al ruedo del Arnedo Arena, rematados, bien armados por delante y derrochando nobleza a raudales, lástima que dicha nobleza quedase en un segundo plano debido a la poca casta que desarrollaron en general en todos los tercios unida a la falta de celo y un cierto afán por salir desentendidos de las suertes. Ante ellos, tres novilleros que seguramente se habrían ganado a lo largo de la temporada estar acartelados en la que posiblemente esté considerada como la mejor feria de novilladas del mundo que por lo que se pudo vislumbrar ayer de su paso por la Ciudad del calzado, distan mucho de acreditar la confianza que pusieron en ellos los miembros de la Comisión del Zapato de Oro.
Dicho esto, uno siempre intenta buscar un halo de esperanza en cada uno de los novilleros a los que ve, teniendo en cuenta el condicionante de la cada vez más preocupante falta de novilladas y el desamparo en el que se encuentran estos muchachos, apenas adolescentes, que al abandonar las escuelas taurinas se encuentran con la cruda realidad y con el abismo de un futuro incierto y en algunos casos desalentador. Por eso no conviene ser crueles con ellos, porque quizás un día sean capaces de desarrollar lo que llevan dentro de sí y que hoy, o más concretamente ayer no fueron capaces de lograr.
De Antonio Lomelín me quedo con el valor del que hizo gala, siempre muy quieto ante la cara de sus novillos, un valor y una quietud que en ocasiones ahogaron embestidas y cortaron el viaje de sus oponentes, sobre todo en su primer ejemplar. Con la espada anda bien.
Daniel Crespo quizá fue el que mejores maneras mostró, pero le faltó algo de capacidad a la hora de plantear la estructura de sus faenas, demostró por momentos que tiene buen concepto pero como es lógico le faltan muchos aspectos técnicos a la hora de presentar los engaños en condiciones y lograr el embroque adecuado.
A David González ya con su primero se le vió demasiado nuevo para estos compromisos y con el que cerraba plaza, quizá el de más emoción del encierro de Carriquiri, no supo dar con la clave para embarcar las embestidas y lucir al novillo en su justa medida.
Habrá que esperar a la novillada de hoy de Adolfo Martín con Juan Ortega , Brandon Campos y Fernando Rey, que aunque el bagaje de actuaciones no es muy superior a los de sus compañeros de ayer, la trayectoria que llevan hace suponer que podrán solventar satisfactoriamente tan duro compromiso.
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