viernes, 10 de diciembre de 2010

A QUIÉN LE INTERESA EL CAMBIO

Hace aproximadamente dos meses que gracias al " G nosecuantos", las competecias taurinas pasaron al Ministerio de Cultura, bueno, lo que quedaba de ellas que básicamente se componía del archivo o censo de profesionales porque el resto de competencias ya estaban en la juridisción de cada Comunidad Autónoma, con sus difirentes reglamentos. Esto de los distintos reglamentos en cada región y en cada plaza, viene a ser como si en la liga de fútbol española, en el País Vasco se jugase sin fuera de juego, en Andalucia el valor de un gol fuése doble o en Madrid el empate restase tres puntos a cada equipo. En mi opinión y en la de muchos aficionados y expertos lo ideal y por lo que se tendría que luchar es por un reglamento único para todo el territorio nacional y además de la unificación lo más importante sería su extricto cumplimiento desde el reconocimento en los corrales hasta el análisis postmorte garantizando así la integridad de cada res que se lidia bien sea en plazas de tercera o monumentales de primera.

La batalla por Cataluña por desgracia y vistos los resultados de las últimas elecciones creo que definitivamente está perdida por muchos esfuerzos y recursos que se quieran presentar y la de la televisión creo que es una batalla a ganar pero con algunos matices.
Yo y mi afición crecimos con las retransmisiones de TVE de las corridas estelares de cada feria, recuerdo los San Isidros en los que irrumpían con fuerza y en directo toreros como Espartaco, Manili, Rincón, faenones de Julio Robles y Ortega Cano, la corrida del siglo con la apoteósica salida a hombros de Palomar, Esplá y Ruiz Miguel junto a Victorino Martín.... aquélla retransmisión seguro que batió records de audiencia y se repitió en varias ocasiones debido a su gran éxito e interés. Hoy en día no veo claro la idea de la retransmisión en directo de una corrida por televisión en abierto. Sinceramente, no me fío. No me fío del cartel, ni de la elección del ganado y mucho menos de la plataforma que se hiciese cargo de la retrransmisión. En el hipotético caso de la retransmisión, la corrida debería ser la más importante de la temporada o en su defecto una de las más atractivas. En estos momentos sólo hay un torero que revienta las taquillas y que tiene el tirón mediático suficiente como para generar la expectación que requeriría tal evento, ese torero es José Tomás. ¿Estaría dispuesto el torero de Galapagar de dejarse televisar en abierto? Yo personalmente creo que si, aunque sólo por joder a Molés. A parte de José Tomás y sin dejar de lado el tema del ganado que se eligiese para la ocasión, no se me ocurre otro diestro capaz de levantar la pasión necesaria y no me fío de las figuras del momento y sus mentores que ya demostraron en la pasada feria de San Miguel de Sevilla su absoluta ineptitud con aquel esperpento de rechazos ganaderos y de birrias con cuernos que salieron por los chiqueros de la Maestranza. Se figuran el daño que podría hacer para la fiesta la retransmisión por TVE de una corrida con similar resultado artístico, sería una grieta titánica en la ya de por sí maltrecha estructura taurina por donde se colarían los detractores de la fiesta. Ahora bién, en lo que si creo y espero que sea el empeño y la verdadera batalla por ganar es en la información taurina diaria en cada espacio de noticias televisivo, sobraría con un minuto de información en cada telediario de los acontecimientos más destacados de cada feria desde Fallas al Pilar, dar a conocer los triunfadores, los toros destacados, las mejores faenas y si es el caso los percances, pero en definitiva de lo que se trata es de generar noticias, ilusiones, expectativas, afición y creo que a nadie molestaría dicha información después de haber visto en el mismo espacio televisivo cientos de cadáveres humanos en Irak o Pakistán,información detallada y sin escrúpulos de la violencia de género, de niños muertos de hambre en Haití o de linchamientos en Sudán con cuerpos mutilados, guillotinados o quemados a lo bonzo.

Los señores empresarios, las grandes casas, también movieron ficha preocupados por los movimientos de los toreros y enseguida intentaron aunar sus objetivos por si el colectivo de los coletudos se hacía demasiado fuerte, pero parece que respiran tranquilos más que nada porque entre los elegidos no se encontraba José Tomás que en definitiva es al que en realidad todos temen.

Yo me pregunto: ¿A quién le conviene que las cosas cambien en el mundo de los toros? A los toreros, a los ganaderos, a los empresarios, a la Mesa del Toro, a la Federación taurina...

Los toreros, de momento y después de ser ninguneados por la ministra han logrado su objetivo, ya son artistas, no deberán de ceder sus derechos de imagen porque no se retransmitiran corridas en abierto y sus movimientos se deberían de centrar en conseguir que se dé información taurina en los telediarios, aclarando que la vida social no cuenta como información taurina. Por lo demás no creo que las figuras vayan a luchar por la integridad del toro, por la prohibición de las fundas, por las sanciones para el afeitado, por la apertura de carteles, por la variedad de encastes o por dejar de torear en portátiles de pueblo.

Los ganaderos deberían en primer lugar mandar en sus ganaderías porque en algunos casos mandan más los veedores que ellos mismos y quitar de una vez esas horribles y humillantes fundas, pero en su caso puede más el interés económico que cualquier otra motivación como la conservación de encastes legendarios que están desapareciendo con el veneplácito de todos.

A las grandes casas empresariales lo único que les importa es que los toreros rebajen sus honorarios, los ganaderos vendan más barato y que en sus plazas se corten el mayor número posible de trofeos y si es posible se indulte algun astado, y el sacrificio que para ellos supone el aumentar el precio de los abonos solamente la subida del IPC.

La Mesa del Toro es posible que quiera cambiar algo pero en estos momentos ni sabe como hacerlo ni creo que tiene los medios para hacerlo y la Federación taurina bastante tiene con dar sus medalla y sus trofeos como para meterse en camisas de once varas.

En definitiva que en mi modesto entender nadie quiere el cambio, virgencita que me quede como estoy. Los toros es difícil que lleguen a desaparecer, difícil pero no imposible. El único colectivo dispuesto a que esto de un giro de ciento ochenta grados son los aficionados, pero las armas con las que contamos creo que nos dejan en franca desventaja ante los demás colectivos, más que nada porque las propuestas que surgen a nadie vienen bien y porque no existe una asociación unificada de aficionados. Yo personalmente abogo por la creación de un Ministerio, Ente o Consejo Superior dedicado exclusivamente a los toros formado por expertos y que aglutinase a todos los colectivos, que gestionase reglamentos, sanciones, la cabaña brava, subvenciones y un departamento jurídico que entre otras cosas se encargase de desmantelar cualquier ILP antitaurina antes de que ésta vaya a más como sucedió en Cataluña, en resumidas cuentas un estamento con poder y no varios colectivos que cualquier cosa que consigan a nivel institucional no van a ser capaces de gestionar ni sacarle el partido necesario para su posterior desarrollo.

Dejo mi pregunta en el aire. ¿A quién le interesa el cambio? ¿Habrá revolución taurina?


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