miércoles, 12 de marzo de 2014

LAS FIGURAS DEL MAÑANA

Llevaba varios días rumiando este texto, pero la verdad que ayer los cuñados me lo pusieron a güevo al decir en la presentación del Abono sevillano, que lo habían confeccionado con "las figuras del mañana".
 
El tema de esta entrada viene generado por una pregunta que me suele hacer mi amigo Pablo en esos viajes que hacemos a lo largo de la temporada en los que al montarme en su coche le digo buenos días y ya no calla hasta llegar al sitio en cuestión, ya sea a la vuelta de la esquina o a orillas del Guadalquivir, y la cuestión no es otra que ¿Cuánto hace que no sale una figura? A lo que yo suelo contestar, mucho Pablo, mucho y él me replica con un ¿y qué es una figura? Ahí es cuando el tema ya se diluye debido a las distintas bifurcaciones del asunto. Para uno figura es el torero capaz de llenar por si solo una plaza, poner el cartel de no hay billetes y revolucionar a la reventa. Para otro figura es aquel que mata todo tipo de ganaderías y encastes sin distinción alguna y que ha salido varias veces a hombros en Madrid, Bilbao o Sevilla.. y para otro figura puede ser el que por su personalidad y su toreo pase a la historia y sea recordado como un referente de su tiempo. En este apartado como ya digo la discusión se aleja ya de forma definitiva de la pregunta original, ¿Cuánto hace que no sale una figura?

Daremos como hecho cierto, para algunos no lo será, yo entre ellos, que en la actualidad se pueden catalogar como figuras a Ponce, José Tomás, El Juli, Morante, Talavante, Perera y Manzanares. De los siete, los dos últimos Perera y manzanares tomaron la alternativa en 2004, hace ya 10 años. El extremeño fue en 2008 donde empezó a hacerse un hueco en lo alto del escalafón con un final de temporada rotundo que culminó con su encerrona en La Ventas en la Feria de Otoño donde dio una dimensión que creo que no ha vuelto a dar hasta ahora de toreo seco y valor escalofriante, de los 6 toros solo pudo matar 4 debido a dos graves cornadas de las que tardó mucho en recuperarse. Al alicantino le costó un poco más entrar en el selecto grupo, aunque por su linaje ya apuntaba alto, lo hizo en la plaza donde su padre y maestro se cortara la coleta, La Real Maestranza de Caballería con la que mantendría un idilio que comenzó en 2008 cortando  dos orejas y que tendría su culmen en 2011 con el indulto de un toro de Núñez del Cuvillo. Talavante en su primer año completo como matador de toros, 2008, descerrojó la Puerta del Príncipe de Sevilla y la Grande de Madrid, plaza en la que el año anterior, de novillero, causó una gran conmoción con un toreo que recordaba en formas y hechos a su admirado José Tomás, por aquel entonces retirado. Morante es Morante... y sus circunstancias. El Juli, supuso una verdadera revolución ya desde novillero sin caballos, tomó la alternativa muy joven en 1998 con 15 años y todo el mundo quería ir a ver al niño que toreaba con tanto desparpajo, hacía quites nunca vistos, ponía banderillas y tenía un flequillo que le caía sobre los ojos y se lo soplaba grácilmente, reventaba las taquillas tarde tras tarde, hasta que se propuso dejar de poner banderillas y torear para él. José Tomás quizá sea el referente de todos los anteriormente citados, tanto por su personalidad, su liturgia y su tauromaquia  dentro del ruedo como por su inquebrantable postura fuera de él. Desde que rompió con Martín Arranz el año de su retirada, no se ha vuelto a poner a merced de las empresas y sus apariciones suponen un acontecimiento único que mueve a las masas de uno y otro continente, en la actualidad puede que sea el único que cumpla todos los requisitos para ser figura legendaria, exceptuando, que ya les veo venir, que no mata todo tipo de ganaderías y encastes, pero eso, le pese a quien le pese, a mí el primero, creo que es una utopía de tiempos muy lejanos. Y luego está Enrique Ponce, que este año cumple 25 años de alternativa, que ha llenado las plazas, con menos fuerza eso sí que El Juli de niño o José Tomás en la actualidad, que ha matado, cuando ha querido y no mucho, ganaderías y encastes variados, ha triunfado con mucha fuerza en Bilbao y Sevilla, le falta  Madrid por conquistar y en lo que quizá ha pecado un poco el valenciano es en su compromiso hacia la fiesta, entiéndaseme por compromiso, el haber defendido sus intereses y los de su colectivo ante las empresas y ante  las plataformas televisivas, con los derechos de imagen, por ejemplo.

A lo que vamos, el caso es que esta serie de toreros llevan copando los carteles de las grandes ferias durante al menos 4 años seguidos, sin que entre sus filas dejen que se inmiscuya prácticamente nadie. En su día pudo entrar Cayetano, Luque, Castella o El Cid, pero el uno se retiró, el otro no dio nunca la talla a pesar de sus múltiples oportunidades, el Francés parece que está pero no está y el de Salteras después de su encerrona con Victorinos en Bilbao parece que perdió la ambición.... y el sitio.  Novilleros siguen saliendo a espuertas, esta semana en Olivenza y Valencia hemos podido ver una muestra de ello, los José Garrido, Tomás Campos, Posada de Maravilla, Lama de Góngora, Ginés Marín, Luis Miguel Terrón, Álvaro Lorenzo, Román Collado, Gonzalo Caballero... puede que un día sustituyan a los anteriormente citados, pero la cruda realidad dice que no hay visos de que nadie ocupe el firmamento que ocupan estos toreros, principalmente porque son ellos mismos los que no dejan que nadie pueda ocupar un puesto en "sus" carteles y no los dejan por una sencilla razón, porque ninguno de ellos, exceptuando José Tomás, es hoy en día figura de verdad, porque ninguno de ellos es capaz de poner por si solo el cartel de "no hay billetes" durante toda una temporada y porque si ellos se lo guisan, ellos se lo comen, el parné claro está y de esta manera se lo reparten entre ellos, que la cosa está muy mala, pero no se dan cuenta que "sus" carteles, ya casi no interesan al gran público, falto de liquidez y canasado de ver siempre a los mismos con lo mismo y que pase prácticamente lo mismo.

Con este panorama se hace difícil la causa de ser figura del torero. Para conseguir tal distinción existen distintos caminos. Uno sería el pegar un aldabonazo fuerte en Madrid, toreando como le gusta a la afición venteña, con pureza y clasicismo, con la pata palante, la muleta adelantada y llevando el viaje hasta detrás de la cadera con la suerte cargada, encajado y con sentimiento, y hacerlo no una ni dos, al menos tres veces seguidas como lo hizo un tal César Rincón allá por 1991, toreros hay capaces de hacerlo, estoy seguro de ello. Con esa fuerza y repercusión y refrendando los éxitos de Madrid con similares en Bilbao o Sevilla, uno se pone a mandar en esto y a los llamados figuras no les quedaría más remedio que abrirle paso, para subirse a su carro, eso sí. Otro camino sería el despuntar de novillero a modo Talavante, con una campaña mediática no digo como las de El Pipo con El Cordobés o Curro Vázquez, pero similar, el problema es que aunque no dejan de salir nuevos valores, casi todos se van diluyendo al llegar al escalafón superior, unos por falta de oportunidades y otros por  oportunidades que no son tales. 

El caso es que por una cosa o por otra no sale ninguna figura y en estas estamos y seguiremos estando porque aunque este año Canorea y su cuñado anuncien en Sevilla a  "las figuras del mañana", seguro que si el próximo año las "figuras del presente" se rajan y vuelven al coso del Baratillo, a los Escribano, Adame, Ureña, Esaú Fernández, Javier Jiménez, Nazaré, Galván, Saldívar... los mandan otra vez a preferia con las de Conde de la Maza o Cuadri, como mal menor y si quieres lo tomas y si no lo dejas, o sea, que pan para hoy y hambre para mañana. Ojalá me equivoque y todos estos "figuras del mañana" aprovechen su oportunidad y se hagan un hueco entre los más grandes y sean capaces de pasar a la historia de la tauromaquia, porque falta nos hace. Así que, sí Pablo, hace mucho, pero que mucho que no sale un figura.


 Los cuñados, regentes de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, con la mirada perdida en el mañana.

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