domingo, 30 de septiembre de 2012

ZAPATO DE ORO DE ARNEDO; TERCERA DE ABONO


CARRIQUIRI Y TOMÁS CAMPOS, PRIMEROS CANDIDATOS

Tras dos días de contadas decepciones en cuanto al juego del ganado y a alguno de los aspirantes, ayer se vivió en el Arnedo Arena la otra cara de la moneda, la del triunfo de un novillero, Tomás Campos que cortó una oreja a cada uno de sus oponentes y la de una Ganadería, Carriquiri con varios novillos de nota, uno de ellos premiado con la vuelta al ruedo.

Tomás Campos tiene el don de la despaciosidad en sus movimientos, me gustó más con su segundo, noble y bondadoso en sus embestidas que con su primero también noble pero con casta y transmisión, sobre todo por el derecho, en éste el valenciano se vió ligeramente desbordado por el de Carriquiri, quizás no le supo encontrar la distancia necesaria y el novillo, exigente, pero con celo para perseguir los engaños por abajo, acababa comiéndole los terrenos, desluciendo así las series de Campos. A mí me gustó más el novillo, aplaudido en el arrastre, que el novillero que paseó la primera oreja de la feria. Su segundo, premiado quizá excesivamente con la vuelta al ruedo, tuvo la virtud de la nobleza como el resto del encierro pero además el colorado de Carriquiri sacó fondo y bondad a la hora de tomar los engaños, Tomás campos dejó detalles, sobre todo al final del trasteo, en una tanda por el derecho de mano baja y con mando en la que uno de los muletazos con la figura desmayada, duró una eternidad, pero a mí personalmente me supo a poco el caramelo, aunque me quedo con el gusto de sus maneras en el recuerdo, mató en los mismos medios y recibió su segunda oreja. El novillo también recibió el premio de la vuelta al ruedo, puede que algo excesiva, porque el novillo sólo cumplió en varas y en la muleta tampoco destacó por su casta y bravura, fue un buen novillo, con clase y colaborador, pero sin más.

A Javier Jiménez le tocó el peor lote, el primero complicado, se le venía siempre cruzado, y su segundo áspero, sin  humillar y sin parar de puntear las telas, aún así, el de Espartinas estuvo firme y con oficio aunque sin opciones de más.

Álvaro Sanlúcar tuvo en primer lugar un novillo noble y con clase, pero no acabó de encontrarse cómodo ante él, se le vió desconfiado y algo verde para tamaño compromiso, en su segundo, parado y con poca clase poco pudo hacer, complicándosele un poco la cosa a la hora de matar, escuchando dos avisos y bordeando el tercero.



sábado, 29 de septiembre de 2012

ZAPATO DE ORO DE ARNEDO: SEGUNDA DE FERIA

LA MALDICIÒN DEL ZAPATO DE ORO

Ni los navarros se llevaron los Santos anteayer, ni el ganador del Zapato de Oro 2011 revalidò su galardòn un ańo después.
Para ello contribuyeron en parte los novillos de Valdefresno, alguno con hechuras de toro como el quinto, que en general mansearon en exceso y presentaron ciertas dificultades que la terna se viò incapaz de superar.  En especial Fernando Adrián vigente Zapato de Oro que se encontrò con un primer novillo noble y con clase aunque con poca fuerza con el que el Madrileño estuvo despegado en varias series por el derecho, el toro debido a su escaso fuelle, requería mucho pulso en la muleta que Adrián no pudo o no supo dárselo, en el intento de un pase cambiado, le sobrevino una fea voltereta de la que se levantò más enrabietado si cabe, para ligar la serie de más emociòn en el tendido, pero el novillo, ya con menos recorrido, acabò por rajarse, matò de infame bajónazo al igual que a su segundo, manso de salida, al que no consiguiò sacarlo de su querencia y lo trasteò pegado a tablas aprovechando los viajes, los cambiados por la espalda y el arrimòn final que tanto hacen vibrar al respetable en las mayoría de las plazas de Iberia, no surgieron efecto en el Arnedo Arena, que veía còmo una vez más un Zapato de Oro era incapaz de refrendar su pasado glorioso.

Gonzalo Caballero llegaba a la Ciudad del Calzado con la aureola de ser novillero revelaciòn en Sevilla y Madrid, pero su paso por Arnedo dejò muchas dudas, y la visońez que tapò con el valor en las primeras ferias de la temporada, quedò más patente ante un primer Valdefresno al que no fué capaz de ligarle dos seguidos y un segundo con hechuras de toro, noblote y gazapòn que pedía gobierno y mano baja, cosas que no encontrò en la muleta de Caballero.

Curro de La Casa entró en Arnedo por vía de la sustitución y no dejò en mal lugar a su valedor o sus valedores, su primero lo volteò dramáticamente al intentar un quite, capote a la espalda, del que saliò con una cornada en la pantorrilla y ligeramente conmocionado, se recuperó el novillero mientras el novillo mansote se ponía cada vez más complicado en banderillas, con los tendidos todavía compungidos por el revolcón, se plantó Curro en los medios con su diminuto engańo para sujetar las embestidas del Valdefresno, con el argumento de ganarle el pasito al manso y presentarle la muleta por delante y planchada, consiguió que los tendidos se emocionasen a base de enganchar las embestidas huidizas hasta que terminó por rajarse definitivamente, quiso pegarse el arrimón final, pero volvió a ser prendido feamente, por suerte sin consecuencias, no estuvo acertado con los aceros, aun así el público pidió la oreja que la presidencia no vió oportuna conceder. En su segundo quizá acusó la paliza, cornada incluída, de su primero y no pudo sacar partido de un complicado novillo, brutote en sus embestidas al que no consiguió cogerle el aire.

viernes, 28 de septiembre de 2012

ZAPATO DE ORO DE ARNEDO; PRIMERA DE ABONO

CANTIMPLORAS VACIAS DE CASTA

La nada màs absoluta trajeron hasta Arnedo los novillos santacolomeños de La Quinta. Si le quedaba algo de crèdito a don Àlvaro Corradi en la Ciudad del Calzado,  ayer se le acabò todito, con la preocupación añadida de no saber si la cosa tendrá o no remedio, si el descastamiento general que mostraron ayer los utreros de La Quinta, es una cosa pasajera o es el resultado de una mala selección a la hora de querer hacer un producto vendible y no quedarse en el ostracismo de los encastes minoritarios a la espera de un ciclo venteño o una concurso en la que quemar definitavamente tantos años de trabajo.
Debe ser duro, durìsimo, para un ganadero ver salir uno a uno a sus novillos por chiqueros y salvo excepciones como el segundo, repetidor y noble y el cuarto con clase pero sin final en la muleta, el resto, descastados y sosos hasta el punto que una vez picados, echaban el freno de mano y no habìa Dios que los hiciera embestir a los engaños, ni mucho menos humillar, salìan de las suertes mirando al tendido, como ausentes, como si admirasen la belleza arquitectònica del Arnedo Arena y añorasen los cimientos de la Vieja Plaza  que tantos años  admiró  la bravura y la casta de sus hermanos, que tan cara vendìan su piel y con la que màs de un novillero triunfò con fuerza a orillas del Cidacos. Ayer ni gota de antiguos laureles, con el añadido del peligro sordo que supone el perseguir la franela sin ninguna codicia desparramando las caras y tirando gañafones a diestro y siniestro cada vez que atisbaban que detràs del trapo rojo habìa carne.
Ante este panorama, tres novilleros perdidos en el desierto,  el cordobès Mazzantini que toreo de capote con despaciosidad a su primero,  descastadìsimo y que sin terminar de cogerle el aire a su segundo que deslucìa un tanto las series en sus finales debido a su sosería.

El peruano Morenito de Canta, que en su primero no encontrò las distancias, el sitio ni el gobierno apropiados para dominar las repetidoras embestidas del ùnico de La Quinta con algo de emoción y nobleza y en su segundo se encontrò otro sin gota de casta en su interior.

Y Sebastiàn Ritter que ademàs de pechar con el peor lote, su primero sosìsimo y el que cerraba plaza descastadìsimo de principio a fin, se llevò un tabaco importante en la zona escrotal con el que permaneciò como si nada sobre el ruedo hasta que finalizò el festejo.

Me decìa un longevo aficionado al acabar el festejo; Si no tiene agua la cantimplora, joder tìrala de una vez y no estès esperando a que caiga la ùltima gota. Pues si alguien pensaba que en los Santa Coloma de La Quinta quedaba alguna gota, ayer en Arnedo quedò demostrado que la cantimplora de la casta en esta ganaderìa, está totalmentente vacía.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

RESUMEN DE LOS TRES PRIMEROS FESTEJOS DE LOGROÑO.



La cubierta de La Ribera abría sus puertas para celebrar su tercer acontecimiento taurino del año el pasado domingo 16 de septiembre, antes sus propietarios la abrieron para presentar los carteles de la feria y hace apenas dos semanas para que Diego Urdiales diese una clase práctica a niños y mayores. Los 357 días restantes del año, el más absoluto abandono por parte de la empresa Chopera  a los aficionados tanto dentro como fuera del coso.

Volvió Urdiales a la Ribera el domingo para dar otra clase magistral como la de hace dos semanas, pero en esta ocasión ante dos Victorinos astifinos de distinta condición, su primero tuvo calidad por el izquierdo aunque le faltó la fuerza y la pujanza para perseguir los engaños del riojano que lo cuajó al natural, llevándolo embebido en los vuelos de su pañosa con el pulso y el temple necesarios para que el defecto de la poca fuerza se convirtiese en virtud. Su segundo desarrolló clase y bondad aunque no regalaba embestidas, Diego Urdiales brindó a su banderillero y amigo El Víctor que fue prendido al sacar al toro del caballo y llevado a la enfermería con una grave cornada de la que se recupera en el hospital, dejó la montera sobre el burladero y sin probaturas se puso a torear; la muleta por delante, planchada, la media distancia, las zapatillas asentadas en la arena, el mentón hundido en el pecho y los pitones del Victorino pasando al ras de sus alamares. Torear Diego torear, gobernar; parar, templar, mandar y cargar la suerte, de arriba a abajo y de afuera a dentro. Si fue Domingo Ortrega quién acuñó los cánones del toreo moderno, Diego Urdiales se ha convertido en su mayor valedor añadiendo a su legado la profundidad y la torería. La estocada en todo lo alto, entrando recto y el toro patas arriba. Dos orejas y primera puerta grande.
Antonio Ferrera pudo acompañar al de Arnedo si hubiese sabido aprovechar el pitón izquierdo del cuarto Victorino, que barría con el hocico el ruedo logroñés, pero Ferrera, despegado e incapaz, perdió el envite y la oportunidad.
Luis Bolívar sorteó un lote dispar,  su primero complicado fue complicado aunque no imposible y su segundo se dejó por el derecho, pero el colombiano fue incapaz de emocionar a los asistentes con un toreo insulso en el que primaron los muletazos de abajo a arriba y los espacios entre toro y torero.

Al día siguiente volvía Urdiales a La Ribera para enfrentarse a un encierro de Alcurrucén, de impecable presentación, del que destacaron los dos primeros toros, el primero de Urdiales con emoción y recorrido aunque le faltó entrega a la hora de humillar y el primero de Luque noble y con clase. Ambos aprovecharon el material que tenían delante aunque de distinta manera, Urdiales lo desorejó a base de torear y Luque a base de darle pases, para el más profano ambas cosas pueden parecer misma cosa, pero a la vista salta la diferencia. Urdiales hizo que las embestidas del de los Lozano, perdiesen velocidad al pasar por su muleta en series en redondo ligadas y mandonas rematadas con ceñimiento con el de pecho y rubricadas con una estocada en todo lo alto de efectos fulminantes y a Luque le dieron las orejas después de torearlo a su aire con la "emoción" que puede dar el no dejar parar al toro hasta el pase de pecho final, adornos filigranas y toreo cupular, que es como se podría denominar a todo el repertorio de pases que "rozan" la cúpula de la cubierta de la ribera. Salieron los dos a hombros en la que supuso la segunda salida consecutiva para Urdiales.
En ése mismo festejo Pablo Hermoso de Mendoza cortó una y una, estando soberbio y grande en su primero, ante un público que antes le adoraba y admiraba y ahora parece que pasan de él y no saben valorar sus actuaciones.
En la tercera de abono, se anunciaban Cuvillos para El Juli, Talavante y Jiménez Fortes.
Fue tarde de frustraciones, la primera al ver la ruinosa presentación de los toros que la Casa Chopera adquirió para Logroño, la segunda el desamparo en la que nos encontramos por parte de la autoridad que no tuvo la vergüenza a las doce de la mañana de mandar el encierro completo de vuelta a su casa para que don Álvaro Núñez lo pueda lidiar en la próxima feria de Alcanadre por ejemplo, la tercera con el público que "abarrotaba" algo más de media plaza, que no protestó ni uno sólo de los animalillos que salían por chiqueros y la cuarta frustración Juli y Fortes incluidos, el toreo vertiginoso de Alejandro Talavante al que le
tocó en suerte el único Cuvillo con calidad, docilidad y pelín de casta de toda la tarde, con el que "toreó" despegado y veloz, en varias series en las que el Cuvillito seguía una muleta que dibujaba redondos periféricos en los que el torero aprovechaba viajes y embestidas para destorear por Arrucinas, péndulos, cambiados y demás recortes muleta en mano similares a los que por la mañana realizan los chicos de Ruedo Arte. Mató de manera contundente y paseó dos orejas que para los aficionados frustrados de la Ribera suponen un auténtico sacrilegio al arte de torear. 

viernes, 14 de septiembre de 2012

JOSÉ TOMÁS: LE ODIO


José Tomás, le odio. Odio sus silencios, esos vacíos argumentales que deja en las almas desvaídas de una afición huérfana de mitos, carente de respuestas, deseosa de palabras concretas que aclaren el porqué de su mutismo, de palabras que señalen, que desenmascaren a los responsables de que  José Tomás, no quiera o no pueda torear en las principales plazas de España.
Odio sus palabras, porque no las llego a comprender, no comprendo como puede perdonar a “Navegante”, ese toro que le quiso quitar la vida en Aguascalientes, no entiendo como puede pensar que aquella cornada fraticida suponía el tributo que debe pagar por todo lo que los toros le dan a su existencia y por encima de todo, que usted lo vea como algo normal, y sea capaz de estar feliz por “volver a vestirte de luces y liarte el capote de paseo para seguir pisando el terreno de la libertad.  La libertad que se siente en el ruedo poniendo la vida en juego pero eso sí, a cambio de más vida todavía, la que nos regaláis (en referencia a los toros) con la posibilidad de templar vuestras embestidas despacito, muy despacito”. Como usted dijo en el discurso de entrega del Premio Paquiro que le otorgó El Cultural de el diario El Mundo y cuyo importe económico, 300.000 euros, donó íntegro a varios comedores sociales, para paliar los duros momentos que viven los más desfavorecidos.
Odio sus ausencias, no soporto ver los carteles de Valencia, Sevilla, Madrid, Pamplona, Bilbao o Logroño y no encontrar su nombre entre los elegidos, pero todavía odio más a los empresarios de dichos cosos que son incapaces de contratarle, para hacer el paseíllo en sus plazas, aludiendo como excusa el vil metal. Quizás en estos momentos no seamos capaces de asimilar tan dolorosas ausencias y deba pasar el tiempo para darnos cuenta de que fueron tan dolorosas como necesarias, como ha ocurrido con su lucha, prácticamente en solitario, por sus derechos de imagen, a la que ahora, diez años más tarde,  parecen unirse el grupo de “indispensables”.

 Odio sus presencias, Badajoz, Huelva, Nimes... con el toro de Badajoz, el toro de Huelva y el toro de Nimes. Las tres escogidas como las favoritas del Sultán, qué tienen ellas que no tengan las demás,  por qué cada una se encuentra a más de ochocientos kilómetros de mi casa. Por qué en cada una de ellas la gente pasará noches en vela para conseguir una entrada,  qué tiene usted que no tengan los demás, qué hace que un pueblo o una ciudad sienta su presencia como un acontecimiento único y sus calles, sus bares, sus restaurantes, sus hoteles, se llenen de almas fervientes  que esperan con ansia que llegue la hora del festejo como el que espera el Maná sanador en medio del desierto. 

Odio su lucha por Barcelona, ésa agonía que de no ser por usted, no hubiese sido tan dolorosa, porque La Monumental se moría de muerte natural en el más profundo de los abandonos, los toros hubiesen pasado a mejor vida en esa parte de España y a nadie le hubiera molestado lo más mínimo, exceptuando a los buenos aficionados catalanes, pero usted se tuvo que meter por medio, eligió el coso de la Avenida del Mar como escenario de su reaparición, un 17 de junio de 2007, tras cuatro años de ausencia de los ruedos, ése día se volvió a llenar La Monumental de aficionados y de ilusión, al igual que en 2008 cuando indultó a “Idílico” ejemplar de Núñez del Cuvillo con el que demostró que los toros son vida y no muerte. Pero todo eso supondría a la postre alargar la agonía, ya que desde hacía tiempo los toros en Cataluña arrastraban un pesado y molesto yugo de oscuras traicionases políticas, nacionalismos sin escrúpulos, desidia del sector y malas artes en general. Ahí quedan enterradas para siempre las lágrimas de Serafín Marín, el torero catalán la tarde del adiós “definitivo” a su lado , lágrimas de soledad en una lucha mano a mano a la que algunos se quisieron sumar cuando ya era tarde, cuando ya todo era inútil, algunos a los que no se les cayeron los anillos por pasearse a  hombros de los aficionados por las calles de Barcelona camino del hotel Señera en mano.

José Tomás, odio sus formas, su fondo, su liturgia, su cadencia, su temple, su disciplina, su valor, su compromiso, su quietud, su mirada, su generosidad, sus gestos, sus latidos,   sus bordados, sus brindis, sus capotes, sus muletas, sus espadas, sus vestidos de torear, odio su manera de liarse el capote de paseo,  odio su forma de caminar al hacer el paseíllo, odio sus lances a la verónica, los terrenos por los que habita, odio que prefiera la cornada al paso atrás, odio sus naturales eternos, odio sus salidas a hombros... Le odio  física y metafísicamente, odio su ser y su existencia, odio tener que justificar sus silencios, sus palabras, sus ausencias, sus presencias, sus luchas y todo cuanto le rodea. Le odio José Tomás, hombre, torero, mito, persona, le odio y le seguiré odiando porque le admiro, le odio y le seguiré odiando porque la afición le sigue esperando y le odio y le seguiré odiando porque jamás, ni en esta vida, ni en las que me queden por vivir, seré capaz de parecerme  lo más mínimo a su persona. José Tomás, le odio.

Artículo publicado en el libro de fiestas de la Asociación Taurina El Toril de Alfaro.


Foto: Rafael Sánchez Pulido

sábado, 8 de septiembre de 2012

NI ESPANTÁS NI CLAMORES, BRONCAS Y EMOCIÓN


 Diga que sí maestro Paula, que aquí lo que hace falta es emoción, emoción y éxtasis como el que se vivió aquella tarde suya en Carabanchel en la que cada verónica dibujaba un arrabal en pleno centro y en la que a cada pase la cadencia  invernaba en los vuelos de su muleta hasta quebrar las profundidades de esa cadera tan gitana con la que acompasaba cada embestida, siempre erguida la planta, las muñecas rotas como si lo único que las uniese al cuerpo fueran los hilos invisibles del misterio del temple. La música se calló en Vista Alegre, desapareció porque usted la mandó callar, para inspirar a Bergamín, porque cuando en la arena hay emoción y en los tendidos éxtasis nada existe en este mundo, ni música, ni clamor ni espantás.

Lleva usted razón maestro Paula todo está mal y en algunas ocasiones es mejor irse cada uno pa su casa, pero también es cierto que en otras lo mejor es no salir de ella. Ha dejado a su hijo con una media travesera al criticar el título de su libro y sugerir que no se compre ni un ejemplar de él, aunque en el fondo lo que ha hecho es darle publicidad a "Entre clamores y espantás". Ha humillado al buen pintor Humberto Parra al tacharlo de retratista de fotografías cuando a mí me costa que es un genio capaz de subir a la habitación de un torero el apunte de una tarde casi antes de que éste se haya quitado el vestido de torear y ha decepcionado a su público, que lo idolatra y que espera de usted unos argumentos distintos y acordes con la gran  figura que usted ha sido. VER VÍDEO 

En fin Maestro Paula, que me quedo con lo de la emoción y el éxtasis, y le confirmo que definitivamente todo está mal y si no que se lo pregunten a Diego Urdiales y Juan Mora que esta tarde comparten cartel en un festival a beneficio del banderillero Javier Roda en Miranda del Castañar, Salamanca. ¿De qué sirve ser uno de los grandes triunfadores de Bilbao en el caso de Urdiales y haber cortado tres orejas en Madrid hace apenas dos años en el de Juan Mora? Pa ná maestro, pa ná.


jueves, 6 de septiembre de 2012

CARTA A MI ABUELO

Abuelo, ayer volví a ver una corrida de toros por la tv,  por la pública, osea, por la que no es de pago, bueno, como tú nunca te aclaraste de estas cosas, en el mando, el botón que pone un 1. Cuando te fuiste todavía seguían retransmitiendo corridas, yo no recuerdo cual fue la última que vimos juntos, ni tampoco la primera, pero sí que recuerdo la de veces que entré a una plaza de tu mano y la de veces que nada más salir el toro por chiqueros ya estabas protestando por su cojera, que yo no veía hasta que el presidente sacaba el pañuelo verde o  hasta que el toro caía desplomado al bajarle el torero la mano con la muleta.

Ayer de haber visto el festejo por el televisor, habrías aprobado muy poquitos para la lidia, quizá los dos últimos nada más, los otros entre inválidos y sin fuerzas, incluso a algunos les sobró el primer puyazo, el segundo ni se vió. Bravura lo que se dice bravura, se vió poca, algo de genio el quinto y puntito de casta el sexto bis de Garcigrande , que salió en sustitución de uno de Victoriano que salió al ruedo con menos fuerza que España en la Unión Europea.

A alguno de los toreros ya lo conocías de hace tiempo, Julián López "El Juli" aquel niño prodigio que se soplaba el flequillo cuando tomó la alternativa en Nimes y que te gustaba tanto cuando hacía aquellos quites tan arabescos con el capote, ponía banderillas con frescura y prontitud y toreaba sin complejos. Hoy ya no hace tantas filigranas capoteras, ni pone banderillas ni acaba de emocionarme y se le nota en sus adentros que aunque corta orejas y sale a hombros en casi todas las plazas, hay algo que no acaba de convencerle porque ayer mismo los olés sonaban más rotundos en las faenas de sus compañeros que en las suyas propias, me han contado  que le sucede lo mismo pero más acrecentado cuando comparte cartel con Morante o con José Tomás, yo creo que algo tendrá que ver la profundidad y el sentimiento. A Julián le sigue afeando esas formas tan retorcidas de alargar el muletazo haciéndose pasar al toro lejos del cuerpo en vez de torear con la planta erguida ofreciendo el medio pecho para rematar tras la cadera. Sigue Julián anteponiendo los trofeos a las formas, sobre todo a la hora de matar y eso abuelo le va ha hacer no pasar a la historia por su tauromaquia aunque sí por su entrega, sus conocimientos, su técnica y su compromiso.

El segundo del cartel era José María Manzanares que como te puedes imaginar es hijo del Manzanares que tantas tardes viste en la vieja plaza de Logroño. Pues bien, ayer su hijo volvía a los ruedos tras dos meses de ausencia por problemas en un dedo.... prefiero no hablar de los que firmarían estar dos meses sin torear y diez matando Victorianos, Núñez del Cuvillo o Garcigrandes. Pudo salir también en volandas del coso del Paseo de Zorrilla pero se jugó los dos apéndices por una estocada recibiendo, suerte que ejecuta como nadie, pero esta vez la suerte le fue esquiva ya que el toro llegó al tercio final sin haber sido sometido por el alicantino, que lo toreó siempre a su aire, sin obligarle e incapaz de sujetar sus ansias de huída, aunque siempre componiendo esa figura tan juncal y poderosa que contrasta con la fragilidad de movimientos que tenía su progenitor.

El tercero en liza se llamaba Alejandro Talavante, le cayó en suerte el mejor toro del festejo, el  sexto bis, al que fue incapaz de templar, el toro repetía con codicia aunque soltaba un poco la cara al final del viaje  y el torero extremeño se mostró algo irregular hasta el punto de ser volteado al quedarse descubierto en un lance por el pitón derecho. A partir de ese momento Talavante se afanó más en estirar el brazo que en componer en redondo y acabó por "bernardinas", que hoy en día es uno de los pases que más emocionan a las masas, junto a las "manoletinas", circulares por la espalda, invertidos, cambiados y banderazos muy cerquita de los pitones. Qué tiempos aquellos, abuelo, en los que los toreros competían por pasarse los pitones toreados por abajo lo más cerca posible y en los que se enfrentaban por ver quien era capaz de torear más despacio.
En fin abuelo esto es lo que yo ví, aunque tú seguro que hoy estarías contento por ver al Juli y al otro muchacho que no sabrías ni decir su nombre saliendo a hombros por la pantalla de tu televisor que también era el mío. No diré que lo de ayer no me gustó, en algún momento me llegue a aburrir por la falta de emoción, pero me gustó y si esto tiene continuidad deberán ir subiendo la entidad de los festejos elegidos. 

Me quedo con dos cosas muy positivas, la entrada que registraba la Plaza pucelana y los acertados comentarios del maestro Capea que acompañaba a la retransmisión del equipo de Tendido Cero siempre correctos en sus apreciaciones.

Me despido abuelo, recordándote que ya no sigo a aquel torerillo por el que tanto me preguntabas, José Donaire se llamaba, se retiró el torero pero quedó por siempre el amigo, ahora sigo a otro al que también conocías y al que ahora me hubiese gustado presentarte, es el de Arnedo, Diego Urdiales, un gran tipo y mejor torero, me figuro que te enterarías de lo que hizo el otro día en Bilbao, cómo hubieses disfrutado ése día viéndolo por la del Molés, como tú decías, bueno abuelo estos San Mateos te volveré a guardar una botella de zurracapote y nos la beberemos por tu cumpleaños antes de irme a Arnedo. Te mandaré un whatsApp contándote lo de Diego en Logroño con los Victorinos. un beso abuelo.