jueves, 9 de febrero de 2012

LA INDUSTRIA DE LOS TOROS Y LA MÚSICA


Leo en un artículo firmado por Pablo Gil en el diario "El Mundo" y titulado "El pinchazo del pop español" , que el sector de la música en nuestro país se tambalea al ritmo de la crisis galopante que nos asedia. Las ventas de CD son inexistentes y los conciertos en directo que es lo único que salvaba a los grupos se han desplomado paulatinamente. Los ayuntamientos principales clientes de este mercado, han recortado de una manera fulminante sus presupuestos desde 2010 y lo más grave de todo, acumulan una deuda millonaria.

"A principios de los años 80, se instauró el sistema que ahora ha terminado abruptamente y que ha dado de comer al pop español durante tres décadas: los municipios celebraban grandes fiestas con actuaciones a menudo gratuitas, designaban a un empresario como organizador y éste adelantaba su dinero para cobrarlo a 30, 50, o 60 días, según el contrato (cuando no según el trato verbal.) Entre 2008 y 2011 ha desaparecido el 80% del negocio (y auguran un 2012 devastador)... lo cual no significa que los músicos españoles estén ofreciendo la quinta parte de conciertos que hace cuatro años, ya que ahora actúan con cachés más bajos: en concreto, entre un 30 y un 50% más baratos."

"Empresas de producción, de escenarios, de equipos, de iluminación o de montaje, todas ellas pymes y en algunos casos con proyección internacional, están cerrando en una cadena de dominó propulsada por la morosidad municipal."

"Mientras tanto, el número de artistas medianos que se van quedando 'en el cajón¡ es cada vez mayor, sin discográfica ni conciertos. En particular los que despuntaron hace 20 o 30 años y que se han mantenido gracias a las fiestas patronales."

Creo que la música, sea en el formato que sea, tiene un amplio mercado y una gran demanda, curiosamente en 2011 las ventas globales en Estados Unidos aumentaron, cosa que no sucedía desde 2004 según recoge un artículo de  "El País". Por lo tanto la industria deberá replantearse la situación, la gente se ha acostumbrado a consumir música gratis y eso costará reconducirlo. Yo personalmente acumulo en mi casa multitud de vinilos, cds y sassetes que apenas utilizo porque ahora todo eso lo tengo al alcance de mi mano en la pantalla de mi ordenador mediante  gracias a programas como itunes donde puedes comprar música mediante descargas legales o spotify en el que puedes escuchar la música que desees sin límite de tiempo desde 5 euros al mes. Pronto y en la mano como decía Chenel.

La industria de los toros también ha vivido durante mucho tiempo a la sombra de la burbuja inmobiliaria, pero ahora se avecinan tiempos difíciles, los ayuntamientos ya no subvencionan festejos como lo hacían antaño para ver a las figuras de postín y si el empresario de turno anuncia a tres toreros sin cartel, la gente no acude porque ha perdido el interés.

Sigo pensando que al igual que la música, los toros tienen un amplio mercado y una gran demanda, pero la industria del toro deberá gestionarla bien si no quiere que todo esto se desmorone, se necesitan empresarios con iniciativas que se preocupen de atraer al público a la plaza no sólo por el interés del cartel, se necesita que el producto se pueda consumir fácilmente y que al comprarlo no nos sintamos engañados. Si complicado es llevar a un  espectador a la plaza por primera vez, más complicado resulta llevarlo la segunda y más aun teniendo en cuenta que el producto cada vez es más caro y nadie parece querer hacer nada por abaratar los costes, el caso más reciente es el de Castellón, donde tras cerrar una feria con la mitad de figuras que el año anterior, los precios de las localidades no han variado su precio.

 No concibo un mundo sin música ni toros, pero creo que los señores de la industria de ambas partes deberán tomarse muy en serio el problema que se les avecina si no son capaces de adaptarse a los tiempos que corren y ofrecer su producto en un formato apetecible e irrechazable.

1 comentario:

  1. Maestro, Jesulín lo intentó y aquella canción aún perdura "toa".
    Si señor, que canten los toreros y que toree s.p.m.

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