miércoles, 18 de mayo de 2011

EL TRIUNFO DE LA IZQUIERDA... DE TALAVANTE


Si hace no muchos años alguien me dice que uno de los toreros del cartel de hoy va a reventar Las Ventas toreando al natural, no me lo hubiese pensado lo más mínimo y hubiese puesto en porfía mi coche, la casa con la piscina recién cubierta de agua, mi Ipod de 32GB y hasta mi colección de guitarras desafinadas a que el diestro que pegaba el empujón a la Puerta Grande de Las Ventas era Manuel Jesús El Cid y si me cuentan que ese mismo día, otro de los diestros va a abandonar el ruedo entre pitidos por su apatía, su falta de compromiso y por estar infinitamente por debajo de su primer oponente, me hubiese jugado sin ningun tipo de reparos, mi bien más preciado, mi joya de la corona, que no haré público por motivos de seguridad, a que se trataba de Alejandro Talavante.

Pues a día de hoy resulta que Alejandro Talavante ha reventado Las Ventas del Espíritu Santo con eso mismo, el espíritu Santo, la inspiración reencarnada en natural hondo y templado, la Santísima Trinidad materializada en pases cambiados y cambios de mano. La izquierda al poder. Talavante tras dos tandas por el pitón derecho templadas y limpias, se echó la pañosa a la zurda, citó dándole distancia y se encontró con una colada escalofriante del de el Ventorrillo, una colada como para haber vuelto a la diestra, pero el extremeño sabía que la gloria se escribía al natural y comenzó a vaciar embestidas con una delizadeza sublime. Hubo un momento en el que se embarulló el torero y pareció que podía emborronar la obra pero de nuevo surgió la magia del natural ligado y los adornos improvisados, la plaza estaba a sus pies pero aun le dió tiempo de sortear una nueva colada con intenciones fraticidas al citar por ajustadas manoletinas. Con meter la espada arriba y doblar al toro hubiese tenido los laureles Talavante, pero le quiso dar una vuelta de tuerca más a su faena entrando a matar recibiendo y enterrando los gavilanes en todo lo alto del morrillo. Gloria sin discusión para Talavante y dos orejas de mucho peso.

Manuel Jesús El Cid anda devolviendo pagarés como los malos pagadores, no se merecen su legión de seguidores que el de Salteras les devuelva de una en una las ilusiones que habían depositado en su persona, el de ayer fue un capítulo más de su irreal resurección aclamada por Molés y sus ecuaces. Ya hasta empiezo a creer que lo de la suerte en los sorteos juega en su contra y que contra menos toros buenos le salgan de aquí en adelante, mejor para él. Ayer se dejó escapar al primero de la tarde, complicado si, pero metía la cara por los dos pitones y requería una muleta poderosa como la que tuvo Manuel Jesús hace años.

Perera se llevó el peor lote de la tarde, su primero se paró en seco tras verse podido por la muleta del extremeño, que pecó de pesado alargando en exceso la faena a sabiendas de que el toro no tenía nada y su segundo parado, soso y escarbando no tenía entre sus virtudes la de embestir.

La corrida de El Ventorrillo bien presentada en su conjunto, cumplieron en el caballo y pusieron dificultades en banderillas, destacaron el complicado y enrazado primero y el tercero, noble y encastado, duró poco el segundo y el resto sosos y sin fondo.

Aldabonazo de Talavante que junto a Fandiño, Víctor Barrio y Jiménez Fortes pone el listón muy alto para los próximos festejos en los que se miden los de arriba con los de arriba.

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