domingo, 1 de mayo de 2011

DE LABORIOSO A ARROJADO, PASANDO POR MOLINITO


Laborioso fue un novillo del Marqués de Albaserrada, negro zahíno de capa, nacido el 13 de diciembre de 1961, de 425 kilos, herrado con el número 24 en la paletilla y lidiado en Sevilla el 12 de octubre de 1965 por el novillero Rafael Astola, tomó tres puyazos y según las crónicas de entonces fue bravísimo.

Yo, hasta ayer sólo habia presenciado un indulto en directo, fue en la plaza de "La Ribera" de Logroño, el toro se llamaba "Molinito", de la ganadería de Victorino Martín, entrepelado de capa, herrado con el guarismo 03 en la paletilla y con el número 265, pesó 568 kilos, fue lidiado por el torero Diego Urdiales, tomó dos baras, la segunda de ellas arrancándose de lejos pero no terminó de emplearse, en la muleta fue un ciclón embistiendo aunque le faltó humillar, se puede decir que derrochó casta a raudales.

Personalmente no creo en el indulto, me parece más un gesto de márquetin cara a la galería, que la consumación divina del don de la bravura. La bravura se mide en el caballo ahora y siempre, si un toro no pelea en el caballo y se crece ante el castigo, no es bravo, podrá tener otras muchas cualidades, casta, nobleza, transmisión.... pero no bravura, y si un toro no es bravo no debería ser indultado porque lo que ha hecho que esta fiesta sea milenaria y lo que hará que lo siga siendo es la bravura y no las demás condiciones.

Ayer asistí en directo aunque por la "caja lista" al segundo indulto de mi vida taurina. El toro de nombre Arrojado, de la ganadería de Núñez del Cuvillo, negro mulato, nacido en abril del 2007, de 500 kilos, herrado con el número 217 en la paletilla, lidiado en Sevilla por el diestro Jose Mari Manzanares, se dejó en sus dos entradas al caballo, con eso queda todo dicho.

La tarde comenzó con un recital de toreo a la verónica, un saludo con mucho empaque de julio Aparicio y un quite de nuevo por veróncias que parecieron buenas y digo parecieron porque a Morante se le ocurrió darle réplica al quite y las verónicas de Aparicio quedaron en simples capotazos comparadas con las de el de La Puebla, sobre todo la tercera eterna. Aparicio se vio incapaz con el animal, para mí el mejor de la corrida por su nobleza y entrega y terminó enredado entre los pitos de una Maestranza que ya ni siquiera dicta sus abrumadores silencios.

Morante no acabó de ver claro a su primero, que embestía con algo de genio a la muleta, buenas fueron las primeras series, profundas y con empaque, pero se perdió en enganchones , lo intentó por el izquierdo pero no se le vio confiado.

Manzanares paró los relojes del tiempo, no se puede torear más despacio, el torero al que tanto le he achacado su toreo periférico, pareció torear en terrenos más comprometidos, el torero elegante de cintura para arriba, pareció encontrar su ritmo y ese ritmo era la despaciosidad, nada que objetar a la faena de Manzanares, que si lo llega a cuadrar y matar, yo que soy tan dadivoso, le doy las dos orejas, el rabo y hasta la pata de Arrojado e incluso retiro lo que una vez le dediqué en una crónica de la feria de San Mateo escrita en el diario "El Mundo", diciendo que "por lo visto hoy lo único que Manzanares tiene mejor que su padre es la edad y la espada". Pero en definitiva me alegro de que a día de hoy aquella mentira no se haya convertido en realidad. No me gustó el gesto de provocar el histórico e injustificable indulto, ni la aptitud de un inepto presidente, ni que el ganadero diese la vuelta al ruedo sin acabar la corrida, ni me gustó Manzanares en su segundo donde volvió a estar periférico aunque hecho un cañón con la espada.

Los indultos hacen historia y ayer Sevilla vivió su historia que quedará marcada para siempre por Laborioso y Arrojado y las crónicas también hacen historia y quedarán en los archivos y anaqueles para que los curiosos las desempolven tras el indulto de "otro" toro bravo.

1 comentario:

  1. ¿Sólo es tu segundo indulto? ¡Como se nota que no vives en Andalucía! Yo ya tengo unos cuantos... Nada que objetar a lo que cuentas, excepto que aunque toreó más apretado que en otras ocasiones, tampocó se embraguetó demasiado con él. Y para mi concepción del toreo, es una tara que le quita mucha emoción a lo que ví.


    Saludos

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