martes, 18 de enero de 2011

SEXO, TOROS Y ROCK&ROLL

La frase es un poco transgresora y bien podría formar parte de alguna de las letras de los Airon Maiden, los Rollings Stones o la Banda Trapera del Río. Podríamos cambiar el Rock&Roll por flamenco, jazz, pasodobles o zarzuela y los toros por el fútbol, la pelota, el baloncesto o los saltos de esquí que al parecer tienen bastante aceptación entre los taurinos, pero el sexo, hay amigos, el sexo ni tocarlo.

Cuando los hombres nos juntamos alrededor de una cerveza o un zumo de piña, hablamos de toros o de sexo, de fútbol o de sexo, de pelota o de sexo pero el género masculino jamás habla de toros y sexo o de fútbol y sexo, o hablamos sólo de toros o hablamos sólo de sexo, en definitiva que nunca mezclamos ambas conversaciones en una sóla.

Yo creo que el mundo de los toros tiene un componente erótico-sexual que a los hombres por razones de percepción y de sexualidad, nos pasa desapercibido.La figura del matador, puede infringir en la mujer unos sentimientos más profundos que los que provoca en el hombre y no con ello quiero decir distintos, a una mujer le puede gustar la forma de torear de un torero igual que a un hombre, o su toreo de capote o su valor, esas cualidades pueden causar las mismas sensaciones en el hombre que en la mujer, pero la mujer puede ir más lejos, a una mujer le puede gustar su físico, le puede atraer su virilidad, su atractivo, su encanto o su misterio, es decir que una mujer se puede enamorar del torero y de la persona, pero un hombre no, a no ser que le gusten los hombres, que también puede ser.

El abanico sensorial que puede encontrar una mujer en el mundo de los toros creo que supera con creces al de los hombres que a veces somos incapaces de percibir la belleza y la pasión íntima de cada momento de la lidia desde el prisma femenino, desde la sensibilidad de una mujer que quizás nunca se vaya a enamorar de un torero , ni acuda a la plaza deseosa de orgasmos en forma de faenas soñadas, ni vea en el hombre otra cosa que la figura de un torero, pero esa percepción del tacto, del olor, del mundo interior, de las formas, de los andares, de los sentimientos, sólo es capaz de percibirlo una mujer. Estoy seguro que cada mujer a la que le gustan los toros alguna vez en su vida ha estado enamorada de un torero ya sea de forma platónica, física, mental u obsesiva, la mayoría se enamora de la figura que representa o de su personalidad y pocas reconocen caer rendidas por el atractivo de su persona, son muchas las que idolatran a sus toreros en el ruedo y menos las que hacen guardia como grupies en la puerta de un hotel.

Nunca he presenciado una conversación de sexo y toros entre mujeres, pero estoy seguro de que haberlas hailas, como las hay cuando ante una cerveza o un zumo de piña nos juntamos tres hombres y hablamos de sexo y camareras, de sexo y antigüas amigas o de sexo y conferenciantas.

Ava Gadner junto a Luis Miguel. A esta si que le gustaba todo, sexo, toros y Rock& Roll.

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