martes, 28 de septiembre de 2010

ZAPATO DE ORO, ARNEDO 1ª DE FERIA

SE DISIPAN LAS DUDAS


Comenzó el deseado paseillo de la primera del Zapato de Oro en el nuevo Arnedo Arena y se empezaron a disipar las dudas que nos tenían preocupados desde que la piqueta acabó con la vieja y coqueta plaza.

Al público le costó un poco ubicarse en sus nuevas localidades y habituarse a los nuevos, en algunos casos, compañeros de localidad, que llenaban más de la mitad de la palza (el aforo completo son 6.000) .

Tengo la impresión personal que en este nuevo coso, se va a torear mucho mejor que lo que se hacía en la vieja plaza. Los motivos, muy sencillos, la vieja plaza tenía un ruedo de unas dimensiones muy pequeñas en las que se hacía muy complicado desde poner al toro en suerte para picar hasta colocar banderillas y qué decir de las querencias que acusaban los animales en las faenas de muleta, prácticamente imposibles de tapar en unos novilleros que, aunque eran la "cabeza de camada" del escalafón novilleril, no controlaban todavía los terrenos ni las distancias.

En el nuevo Arnedo Arena, estos problemas, son más solventables que antes, ayer sin ir más lejos tuvimos una muestra con una novillada de la Quinta que en algunos pasajes recordó a aquélla ganadería que tantos trofeos se llevó de Arnedo por su bravura cuando el Juli todavía no le había echado el ojo. Hubo ejemplares extraordinarios en cuanto a juego y presencia como los encastados tercero y sexto y otros desorejables como el segundo, el cuarto si no se le hubiese machacado en el caballo y el quinto, que aunque fue un manso redomado y traidor que se hizo fuerte en cuanto se retiró el piquero, tenía un pitón derecho aceptable y con mucha importancia y transmisión, el peor el soso primero.


Damian Castaño tuvo el mejor lote de la tarde y presentó con fuerza su candidatura para llevarse el Zapato de Oro, a su primero lo toreó en los medios dándole distancia por el derecho y rematando bien con el de pecho pero la profundidad llegó por el izquierdo toreando al natural en dos series, la estocada caída le valió la primerea oreja. El que cerraba plaza embestía largo y con emoción desde salida y el salmantino lo templó con clase por el derecho, volvió a haber más conjunción al natural ligando y rematando atrás los pases y cerrando con el de pecho de pitón a rabo. Mató arriba y el público pidió los máximos trofeos que se quedaron en uno por decisión presidencial que yo alabo siempre y cuando mantenga su nivel de exigencia durante toda la feria.


El francés Thomas Duffau, dejó destellos con el capote en su primero, manejándolo con gusto y compás a la verónica, pecó a mi parecer de apocar al novillo acortando las distancias cuando éste requería perder un par de pasos para así embestir más alegre. En su segundo se encontró con un novillo reservón de salida en los capotes y huidizo de los caballos que cuando parecía que ya estaba picado desarrolló un genio peligroso e inesperado que desconcertó a novillero y cuadrillas. Duffau, se dobló con él de inicio e intentó torearlo por el derecho pero el novillo exigía demasiado y optó por el pitón izquierdo más fácil pero con menos importancia.


A Cristian Escribano le toco en suerte el peor lote, un primero soso y sin clase que salían con la cara alta de las series y un cuarto al que dieron demasiado castigo en el caballo, cosa que acusó posteriormente en la muleta, aun así Escribano fue capáz de sacarle algún natural lento al inicio de faena.


En resumen una buena novillada, con su puntito de casta y nobleza que en la vieja plaza se hubiese vuelto demasiado complicada para los novilleros, pero para bien o para mal ya estamos en el nuevo Arnedo Arena.

Plaza de toros de Arnedo, Arnedo Arena.

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