viernes, 24 de septiembre de 2010

PRÓXIMA ESTACIÓN ESPERANZA

Toros de Torrestrella bien presentados en general, manos y sosos salvo 3º y 4º nobles y con un puntito de casta, 5º inválido.

Diego Urdiales: silencio y silencio
El Fandi: Oreja con petición de la segunda y silencio.
El Cid: Silencio y silencio.

Logroño plaza de la Ribera, 5ª de abono más de media.

Discutíamos mi amigo el Monosabio y yo antes de la corrida sobre la importancia de ésta en el devenir de la temporada de Diego Urdiales, mi amigo con su uniforme de trabajo decía que la que de verdad importa es la de Madrid en la feria de Otoño, yo decía que sería bueno un triunfo rotundo con los Torrestrella para ir a las Ventas con un poco más de espectación. Al final como casi siempre le tengo que dar la razón a mi buén amigo y benefactor I.J. del Pino, aunque sea a toro pasado como las banderillas que ejecuta el Fandi. El Monosabio llevaba razón, la corrida importante es la de Madrid más que nada porque no nos queda otra, volverá a ser una porfía contra el destino, un tirar la moneda al aire y esperar que salga cara pero con la seguridad de que el que tira la moneda estará dispuesto a dar el paso al frente y plantarle cara a ése destino macabro que le rebaña la suerte en cada sorteo, que le escatima en los despachos los contratos que se ha ganado en los ruedos y que le resta importancia a faenas que con otros diestros sonarían a resurección. No nos queda otra, como decía Manu Chao, próxima estación esperanza.

Fandila "el Fandi" la temporada pasada estoqueó 110 corridas y en el cómputo general de su carrera está a punto de alcanzar los mil festejos. El de ayer en la Ribera podría decirse que es uno más en su bagaje, hay quien dice que le ha visto torear bien alguna vez y yo que soy creyente me lo creo pero que nadie trate de convencerme que lo que ayer el Fandi realizó en Logroño se puede denominar como toreo, tras las atléticas carreras en banderillas, destoreó a su primero en un continuo trasteo por alto y agarrándose a los lomos del animal, hasta cinco molinetes perpetró para comenzar unas series aceleradas sin temple ni conjunción y otros tres de rodillas antes de despachar al torrestrella con una estocada caída por la que obtuvo una oreja con petición de la segunda que gracias a la seriedad del palco que no a la de los tendidos no se consumó. A su segundo no lo quiso ni ver, qué le vería Fandila que no le vimos los demás, ¿quizá escondía tras su embestida un puntito de casta el toro? quizá pero Fandi optó por abreviar con su orejita en el bolsillo, una a cero y partido ganado.

Manuel Jesús el Cid, es el rey de los sorteos, acude a todos, pendiente de los lotes, del apartado y del enchiqueramiento de las reses y mete la mano en el sombrero para sacar la bolita de la suerte, que casi siempre le sale a su favor. Ayer se llevó un toro colorado que a todo el mundo gustaba por la mañana en los corrales, de nombre estudioso de 572 kilos estrecho de sienes y bien armado por delante, un toro con todas las echuras de embestir, pero la realidad le fue esquiva por una vez al de Salteras y el colorao resultó ser un inválido que hizo imposible el lucimiento de El Cid.A su primero le costo tiempo encontrarle el buen pitón derecho y sobre todo los terrenos en los que mejor embestía, más bien fue el toro el que le enseñó que en los medios embestía con más prontitud que en el tercio, Manuel Jesús consiguió en las postrimerías de la faena, un par de tandas por el derecho sin demasiada profundidad y la sensación que dejó es de que el toro estuvo por encima del torero.

El primero de diego Urdiales, cantó demasiado pronto sus nulas cualidades y en la primera serie por el pitón izquierdo buscó el refugio de las tablas, Urdiales lo intentó en los medios pero de nada sirvió, el manso Torrestrella no quería batalla. Su segundo llegó al último tercio encogido y desfondado y con la lengua fuera, como si se hubiese corrido una media maratón. Diego lo volvió a intentar pero el marmolillo apenas pasaba en cada lance y el arnedano le dió matarile y a pensar en el horizonte cercano del otoño venteño.


No hay comentarios:

Publicar un comentario