¿HASTA CUÁNDO DURA EL TRAPÍO?

El toro de lidia, también llamado en tiempos toro bravo, pasa por diferentes etapas de crecimiento durante su vida, hasta llegar al punto deseado para poder ser lidiado en una plaza de toros. Si tomamos como ejemplo la plaza de Las Ventas en Madrid, el toro deberá estar en su plenitud en cuanto a volumen, echuras y pitones, siempre teniendo presente la morfología tipo del encaste al que pertenecen, el Saltillo será más chico, el encaste Atanasio aguantará más volumen y altura, el Núñez, un término medio y lo de Domeq.... bueno mejor lo dejamos.
El toro debe llegar a los corrales de la plaza con la presencia necesaria como para pasar el primer reconocimiento médico, los veterinarios serán los encargados de juzgar los encierros según los criterios que marca la importancia de la plaza y manteniendo dichos criterios se conseguirá la seriedad de la misma. Generalmente los equipos gubernativos, comandados por el presidente de la corrida deberían examinar a unos toros bien presentados, gallardos y con unos pitones limpios y ofensivos.
Una vez aprobada la corrida los toros pasarán a ser enchiquerados, listos para saltar al ruedo y ser lidiados. El público y concretamente el aficionado espera expectante que el toro salga por la puerta de toriles con el trapío necesario, entendiéndose como trapío la majeza del toro, su presencia en plaza, su ofensividad, en definitiva que al verlo aparecer te acojone.
Suele haber casos en que esto ocurre, pero lo normal suele ser que los criterios de selección de ganaderos, empresarios, veedores y veterinarios no coincida con los de la afición y el toro salga a la plaza sin las connotaciones anteriormente citadas, siendo protestado por el respetable, que en pocas ocasiones consigue que el toro sea devuelto por dicho motivo.
Tambien puede ocurrir que el toro salga por chiqueros con el trapío y la presencia necesaria para no cabrear a la concurrencia pero, en algunos casos antes de acabar el primer tercio, el toro haya descolgado de tal manera que en vez de un toro en toda su expresión parezca un corderito lechal. Por eso me hago la pregunta ¿hasta cuándo dura el trapío de un toro? Debemos conformarnos únicamente con la presencia al salir de corrales o debemos exigir que llegue al último tercio con la gallardía suficiente como para seguir pareciendo un toro. Cierto que mucha culpa de que el toro acabe de esas maneras la tiene la suerte de baras y otra el empeño de toreros y ganaderos de que el toro tiene que aguantar cien muletazos como mínimo y por abajo, cuando para cortar las orejas en una plaza de la exigencia de Madrid o Bilbao, no hacen falta más de cuatro tandas bien dadas y una estocada en su sitio para conseguirlo.
La pregunta tiene fácil respuesta, a todos nos gustaría que el trapío durase hasta el final de faena y que el toro esperase al matador a la hora de entrar a matar con algo del trapío con que salió por toriles, pero la realidad nos dice que el toro apenas remata en el primer burladero ya ha perdido gran parte de su gallardía para llegar al último tercio totalmente destartalado y sin haber podido expresar su comportamiento de supuestamente bravo.

Toro de Palha en los corrales de Las Ventas