viernes, 18 de diciembre de 2009

CARTA AL ZOO DE BARCELONA

Me he enterado de que en su institución, financiada por el Ajuntament de Barcelona, dan cobijo a especies en vía de extinción como el Damalisco de frente balanca, el espulgabueyes o el martinete de noche entre otras y que uno de sus principales trabajos consiste en la conservación de estas especies para su posterior reintroducción en la naturaleza y la investigación con fármacos para disminuir los niveles de estrés en los animales salvajes, también es de admirar su labor educativa, tanto en escolares como en adultos, para que éstos aprecien, respeten y amen a los animales.
Yo también amo a un animal en concreto, el Toro Bravo, y les quería pedir si no es mucha molestia dado que el político catalán se han propuesto intentar acabar con los toros en su región , Cataluña, fuesen haciendo sitio para él en sus instalaciones, no para el político sino para el Toro ya que de prosperar en el empeño, acabará por ser una especie en extinción y seguro que tienen por ahí un habitáculo confortable y adecuado para su estancia , aunque no creo que les vaya a ser posible su futura reintroducción en la naturaleza como es su objetivo, ya que los campos y las dehesas por los que en la actualidad campan a sus anchas habrán sido recalificados para la construcción de edificios y complejos hoteleros, cosa por sus cercanías se les da “bastante bien.”
De esta manera hasta se podrían convertir en los redentores de una especie que habitaba las tierras de sus comunidades vecinas y que el Pueblo Catalán salvó de la tortura del Estado Español.
Si algún día llegara a ocurrir algo de esto, espero y les ruego , sepan explicar a sus visitantes la grandeza de ese animal y sus características tanto dentro y fuera de los ruedos y no hagan como sus homólogos de los museos catalanes que esconden en almacenes subterráneos obras de Picasso, Dalí o Miró simplemente por hacer alusión a temas taurinos.
También les quería advertir del peligro que puede correr su institución en un futuro no muy lejano, ya que la fauna política de su pueblo, parece ser que quiere prohibir el maltrato de animales en cualquier espectáculo. Incluso algún representante de esa fauna parece haber hablado ya con alguno de éstos animales maltratados, creo que ha sido la Mula Francis la que se ha ido de la boca, mejor dicho del hocico. Yo he visitado en varias ocasiones su parque zoológico y he de reconocer que no lo calificaría como espectáculo, pero ya se sabe que cuando se paga una entrada, se puede considerar que existe un interés lucrativo y “la pela es la pela”

En fin me despido ya, dándoles las gracias de antemano y confiando que si un día se produce la hecatombe, le puedan hacer un huequecito a este animal tan excepcional como es el Toro Bravo.



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